Los envíos al exterior del aromático grano, considerado un símbolo de orgullo nacional, muestran un crecimiento de más de 300 mil toneladas de octubre de 2021 a igual mes de 2022, según el registro de la Asociación de Exportadores de Café (Excan).
El presidente de Excan, Adolfo Lugo, comentó que se experimenta una baja en los precios en el mercado internacional con afectaciones leves a los productores.
“Hoy el precio promedio, es de 160 dólares, sin embargo, las exportaciones que tenemos de octubre a noviembre muestran un precio promedio de 187 dólares”, detalló.
Datos oficiales dan cuenta que la cosecha de 2020-2021 generó unos 470 millones de dólares, mientras la de 2021-2022 contabilizó 703 millones. Los principales mercados radican en Estados Unidos, Europa, Asia, África y Oceanía.
Para los más de 50 mil cafetaleros nicaragüenses, vivir del aromático grano forma parte de una cultura que comienza desde la siembra de las posturas hasta las cosechas anuales.
Así, el esfuerzo por obtener un café con buen rendimiento al cumplir normas de producción con altos estándares, hace que el gobierno enfoque sus iniciativas en este renglón con el impulso a pequeños y medianos productores quienes están organizados en cooperativas.
En noviembre del año pasado, el Ejecutivo que encabeza el presidente Daniel Ortega y la vicemandataria Rosario Murillo, anunció un estudio sobre las variedades arábica y robusta para conocer el estado actual de las plantaciones.
De acuerdo con Murillo, con dicha investigación también se verificará las edades de esas plantaciones; así como las variedades establecidas y la siembra.
Otra de las acciones gubernamentales para ser más eficiente está vinculada con la implementación de centros de desarrollo tecnológicos, laboratorios y jardines genéticos con las mejores variedades.
MEJOR LUGAR, MEJOR SABOR
Los primeros registros del uso y siembra del café en Nicaragua se remontan a la década de 1820, y desde entonces, los caficultores perfeccionan la producción de ese rubro en aras de obtener una bebida de excelencia capaz de complacer los más exquisitos paladares.
Con esa dedicación, afirman expertos, se recoge un grano de calidad cuyo sabor final depende del lugar donde se siembre, ya sea en la cercanía de un volcán activo o en las orillas de un lago, lo cual hace que el producto sea único.
Las plantaciones se ubican en las regiones central, nororiental y sureña del país, en terrenos fértiles con alturas adecuadas, donde las precipitaciones son frecuentes y permiten un crecimiento óptimo.
En los departamentos de Jinotega y Matagalpa se concentra la caficultura nicaragüense, unos 34 mil productores en su mayoría pequeños y medianos se dedican al grano de oro.
Para la cosecha 2022-2023 (noviembre-febrero), el titular del Ministerio de la Agricultura aprecia un dinamismo en la producción, el cual genera más de medio millón empleos todos los años y fortalece las economías locales.
El cooperativista Bismark Jiménez, del municipio San Juan del Norte en Jinotega, 140 kilómetros al norte de Managua, explicó que la particularidad del café de Nicaragua radica en la unión de las familias productoras.
CAFÉ ORO PARA LA EXPORTACIÓN
En Jinotega se ubica el centro Agrícola Santa Isabel, una de las empresas dedicadas a la producción del café oro destinado a la exportación.
La finca, merecedora de cuatro certificaciones internacionales, cuenta con una plantación de unas 423 hectáreas, de las cuales aspiran a obtener para esta temporada mil 500 toneladas.
El propietario de la emprensa Osman Gutiérrez apuntó que entre las variedades están el Caturra, Catuaí, Marsellesa, Obata y actualmente tratan de introducir el Arará.
En ese sentido, aludió al trabajo de años que realizan con el uso de variedades favorables a la calidad, lo cual permite mostrar los actuales resultados.
“Hemos tratado de compaginar las acciones entre el medio ambiente y la producción de café para que el cultivo sea sostenible y contribuir así al cuidado de la naturaleza”, subrayó el productor.
*Corresponsal de Prensa Latina en Nicaragua
arc/ybu
