Versiones cercanas al Palacio de Gobierno aseguraban que el Ejecutivo plantearía esta semana un proyecto para celebrar este año los comicios, atendiendo una de las demandas del movimiento de protesta que bloquea decenas de carreteras, paraliza ciudades enteros y marcha en la mayoría de las regiones.
La sorpresiva visita del primer ministro, Alberto Otárola, al presidente del Congreso, José Williams, dio pie ayer a la versión de que, junto a los titulares de Defensa, Jorge Chávez; del Interior, Vicente Romero, y de Justicia, José Tello, iba a concertar una nueva fecha, acaso octubre, para los comicios.
La visita puso nerviosos a congresistas de derecha extrema, como Jorge Montoya y Alejandro Cavero, que plantean que el Parlamento debe seguir hasta el 2026, cuando terminaba el mandato del destituido Pedro Castillo.
Cavero emplazó en duros términos a la presidenta Dina Boluarte, enterado de los trascendidos, había decidido el nuevo adelanto y Montoya rechazó la atención a la demanda de las protestas, a cuyos protagonistas ambos consideran instrumentos del supuesto terrorismo.
Sin embargo, al salir de la reunión, Otárola dijo que trataron la aprobación lo antes posible de la ratificación por el pleno de la celebración de elecciones en abril de 2024 y agregó que “nos vamos satisfechos con el cronograma establecido que ahora sí recoge el alto sentido de urgencia que reclama la situación del país”.
El legislador Flavio Cruz, del izquierdista Partido Perú Libre, denunció un pacto entre el Gobierno y la mayoría congresal, para demorar los comicios, sin acatar el sentir popular que en todas las encuestas exige el cese del Ejecutivo y del Legislativo.
Sin embargo, la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales de todo el país presentó un proyecto para celebrar los comicios generales en los próximos meses y su presidente, Rohel Sánchez, dijo que plantearon la propuesta al Jurado Nacional de Elecciones y este respondió que es posible.
Sánchez apuntó que lo necesario ahora es la voluntad política del Congreso para aprobar «una medida que ponga fin al derramamiento de sangre» -hay más de 50 muertos-, aunque las protestas exigen además la renuncia de Boluarte y un referendo sobre la pertinencia de la asamblea constituyente.
Por otra parte, el gobernador de la norteña región de La Libertad, César Acuña, líder del partido Alianza para el Progreso, se sumó a la corriente que exige elecciones nuevas este año, también con fines de pacificación, en similar sentido sentido se han pronunciado las bancadas de Podemos Perú y Somos Perú.
Meses antes de la caída del presidente Pedro Castillo, la neoliberal Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular (FP), pidió la convocatoria de elecciones adelantadas ante la crisis política, pero su bancada, la más numerosa, forma parte del bloque que insiste en postergarlas hasta 2024.
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