El Ministerio del Interior francés expidió el pasado año más de 320 mil primeros permisos de residencia, una cifra histórica que supone un incremento de 17 por ciento con respecto a 2021 y que muestra una dinámica migratoria ascendente.
Los efectos de la crisis sanitaria, que afectaron a los flujos migratorios en 2020 y 2021, se han borrado parcialmente, señaló una declaración oficial, según la cual 3,8 millones de extranjeros disponen en Francia de un permiso de residencia, siendo Argelia, Marruecos y Túnez los principales países de origen.
Un hecho destacable es que si bien la inmigración familiar y la estudiantil representan los flujos más importantes de las dos última décadas, la inmigración legal de carácter laboral experimentó en los últimos cuatro años un importante incremento, y en los últimos dos años el 44,9 por ciento de las tarjetas de residencia fueron expedidas por razones económicas.
Por detrás se sitúan los inmigrantes regularizados por razones humanitarias, que durante el pasado ejercicio ascendieron a 40 mil 490 personas.
Al mismo tiempo, los datos oficiales reflejaron la expulsión del país de 15 mil extranjeros durante 2022.
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