El Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado condenó un tiroteo anoche en Jerusalén que causó la muerte de siete israelíes y al atacante palestino al tiempo que pidió autocontrol.
Al respecto, alertó que la situación podría generar un círculo vicioso de violencia, que empeoraría el panorama político y humanitario, y dañaría los esfuerzos para reactivar el proceso de paz.
Ayer un palestino, identificado como Fadi Ayash, mató a siete personas cerca de la sinagoga Ateret Avraham, en el barrio Neve Yaakov, y luego fue abatido por la policía.
Las milicias palestinas afirmaron que el ataque fue una respuesta a la matanza de nueve personas en el campamento de refugiados de Jenin, ocurrida un día antes tras un operativo del ejército de Tel Aviv.
La incursión castrense de Jenin también fue denunciada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto.
Exigimos el cese inmediato de esas operaciones porque amenazan con provocar un incendio en Cisjordania, alertó entonces la cancillería.
Durante una conversación telefónica efectuada hace unos días, el canciller egipcio, Sameh Shoukry, llamó a su homólogo israelí, Eli Cohen, a evitar una escalada en la zona.
A principios de este año, el presidente egipcio, Abdel Fattah El Sisi, dialogó con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a quien pidió a regresar a la mesa de negociaciones con los palestinos.
En los primeros 28 días del año en curso las fuerzas de seguridad israelíes ultimaron a 31 palestinos, según datos de la agencia oficial de noticias WAFA.
El medio de prensa detalló que en 2022 los colonos y los uniformados de la vecina nación mataron a 224 palestinos en los territorios ocupados, la mayoría de ellos en Cisjordania.
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