En las detenciones realizadas en 18 allanamiento en varias partes el país, en la Operación Altamar, participaron unos 280 agentes, señaló a la prensa Michael Soto, subdirector interino del OIJ, quien mencionó a un colombiano de apellidos Cortés Franco, nacionalizado tico y pastor evangélico en Golfito, como el supuesto líder del grupo criminal.
Desde uno de los allanamientos en Golfito, en la zona sur de Costa Rica, Soto dijo al noticiero de Teletica canal 7, que esa persona utilizaba su cargo religioso para ingresar a cuentas bancarias como diezmo el dinero proveniente de esa actividad ilícita, de acuerdo con la investigación de la Sección de Estupefacientes del OIJ.
Precisó que la banda delictiva estaría integrada por 14 personas entre colombianos y costarricenses, nueve hombres y cinco mujeres. El policía en fuga, indicó, es un miembro del Servicio Nacional de Guardacostas, a quien Soto invitó a entregarse a las autoridades.
Ese agente, apuntó, de apellidos Umaña Gómez, podría haber filtrado información a la banda delictiva para facilitar el ingreso de la droga a Costa Rica.
«Los sospechosos traían la droga proveniente de Colombia hacia Costa Rica, en su mayoría marihuana. Al parecer, la droga era traída por el mar en lanchas e ingresaba a nuestro país por el Pacífico Sur, donde era almacenada y resguardada para luego, presuntamente, ser distribuida a diferentes partes de Costa Rica», según la referida indagación policial.
mgt/ale
