El ente crediticio precisó en un informe que sectores más pobres de la nación ocupan entre el 45 y el 50 por ciento de sus ingresos en adquirir sus alimentos.
El análisis del BID reiteró la preocupación de la población en la región por el alto costo de la vida a causa del alza inflacionaria y el incremento del desempleo, entre otros factores, que hace más precaria la vida de amplios sectores poblacionales.
El informe titulado Panorama y perspectivas de la seguridad alimentaria en Centroamérica, República Dominicana, México y Haití, aborda los efectos en la población de la ruptura de las cadenas globales de suministros y su efectos en los países con mayor dependencia de las importaciones, como El Salvador, los cuales, puntualizó, se vieron más afectados.
Datos oficiales precisan que los salvadoreños llegaron a 2023 con el precio más alto de la canasta básica de la historia, 240.37 dólares en la zona urbana y 181.54 en el campo.
El banco compara el costo de la cba que en 2022 fue un 14 por ciento mayor en los hogares más pobres frente a un seis por ciento en 2019.
Señaló el estudio que en el caso de El Salvador, la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave promedió 47 por ciento de 2019 a 2021, el sexto país con el porcentaje más alto de América Latina y el Caribe.
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