Los catalanes cumplirán esta noche su compromiso de la jornada 17 ante el Betis, mientras el Real Madrid lo hará mañana frente al Valencia, en partidos aplazados por la Supercopa que conquistaron los azulgranas.
El choque contra el Betis en el estadio Benito Villamarín de Sevilla es una prueba de fuego para la escuadra de Xavi Hernández, que ganó sus dos últimos encuentros con marcador mínimo, 1-0 ante la Real Sociedad en cuartos de la Copa del Rey, e idéntica pizarra frente al Girona en el torneo local.
Un momento de cierta dificultad por la baja del francés Ousmane Dembelé, quien lideraba el ataque del Barcelona hasta su lesión del sábado, que lo mantendrá alejado de las canchas entre cuatro y seis semanas.
El técnico deberá apelar al brasileño Raphinha y probablemente a los españoles Ansu Fati o Ferrán Torres para acompañar en el ataque al polaco Robert Lewandowski.
Enfrente, los del Betis que dirige el chileno Manuel Pellegrini, quieren recuperar sus buenas sensaciones en el primer tramo de la temporada y para ello necesitan de las mejores prestaciones del francés Nabil Fekir, el brasileño Luiz Henrique, el portugués William Carvalho y los españoles Borja Iglesias y Juanmi Jiménez, entre otros.
Si bien un resbalón no es demasiado importante gracias a las cinco unidades de ventaja sobre los merengues, el Barcelona quiere extender su buen momento y no perder el pulso de la liza.
Lo contrario ocurre en el Real Madrid que comanda el italiano Carlo Ancelotti. El empate sin goles frente a la Real Sociedad el domingo dejó una sensación agridulce.
Jugó bien el equipo, hubo asociaciones destacadas de los brasileños Vinicius y Rodrygo, con el galo Eduardo Camavinga, y algunos con otro francés, Karim Benzema, quien, sin embargo, no está a su nivel óptimo.
Bajo cualquier circunstancia de resultado del Barcelona, la situación de la “casa blanca” no le da margen a nuevos deslices. Y si bien llega contra un Valencia alicaído, tampoco el rival tiene mucho que perder.
La salida del italiano Genaro Gatusso como entrenador y una crisis que coloca a los valencianos en la parte baja de la tabla, es un arma de doble filo para el duelo de mañana en el Santiago Bernabéu.
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