Los cenagales son igualmente decisivos para la preservación del medio ambiente y el planeta, por lo que el 30 de agosto de 2021 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó esta fecha, mediante resolución aprobada por los Estados miembros.
Son ecosistemas híbridos de agua dulce o salada, en los cuales se incluyen los denominados humedales artificiales: embalses, salinas o estanques.
Su importancia es fundamental para la vida en todo el planeta, gracias a que son ecosistemas donde habitan un gran número de especies animales y vegetales, y encargarse de regular el ciclo del agua y el clima en un equilibrio perfecto. Sin embargo, hoy corren el riesgo de desaparecer, por su degradación.
En líneas generales, contribuyen a que el 40 por ciento de los vegetales y animales que existen sigan con vida, a la subsistencia de más de mil millones de personas en todo el mundo y concentrar el 30 por ciento del carbono que existe en la Tierra.
Además, los humedales se encargan de eliminar los contaminantes y limpiar el agua, en el caso de los manglares y arrecifes protegen contra los desastres naturales como las inundaciones y sequías, y reducen el impacto de los huracanes y tsunamis.
También fijan la línea de costa y resisten la erosión, ayudan a crear condiciones para la vida animal y vegetal y son lugares ideales para realizar actividades recreativas, e incrementar el turismo.
El Puma estima que los humedales constituyen uno de los ecosistemas más afectados por el rápido crecimiento poblacional, el desarrollo tecnológico y la producción y consumo insostenible, lo que acelera su pérdida, deterioro y degradación.
A nivel mundial se evidencia una pérdida del 35 por ciento de esos reservorios naturales, en los últimos 50 años.
Actualmente más de dos mil 300 humedales en todo el mundo están protegidos, por ser una barrera para frenar los efectos meteorológicos y el daño climático, y considerarlos un patrimonio de incalculable valor para toda la humanidad.
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