“La violencia, el radicalismo y la polarización dirigidos desde un lugar de la Diroes no nos va a hacer bajar la cabeza ni la moral”, dijo en referencia obvia a Castillo, quien cumple prisión preventiva en una cárcel para ex altos funcionarios, ubicada en la extensa base de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (Diroes).
Descartó al mismo tiempo su renuncia, reclamada por protestas iniciadas tras la destitución y prisión de Castillo, el 7 de diciembre último y que registra un saldo de 47 muertos en disturbios, así como un policía y 11 civiles fallecidos en accidentes conexos.
Sobre el luctuoso saldo, la mandataria incurrió en un lapsus, al referirse a más de un centenar de muertos durante las protestas.
“Mi renuncia no está en juego, hay un sector de la población, grupos violentistas, que a manera de chantaje piden mi renuncia; no vamos a ceder a ese chantaje político anárquico que quiere llevar al país al desorden y a la crisis”, añadió Boluarte.
“Acá estamos firmes para defender la democracia, para defender la estabilidad del país, para defender la inversión privada”, agregó, a tiempo de pedir el cese de la confrontación y la polarización, aludiendo a las protestas desatadas tras su ascenso a la presidencia.
Previamente, la presidenta reiteró su exhortación al Parlamento de mayoría derechista a llegar a un acuerdo sobre la fecha de las elecciones generales adelantadas, como factor de alivio a la crisis, que insistió en atribuir a sectores minoritarios y violentistas.
Poco antes de su llegada a la refinería petrolera de Talara, trabajadores de la construcción realizaron un mitin en el que exigieron su cese, por las protestas registradas bajo su Gobierno y la acusaron de aliarse con la derecha y los grupos de poder.
Se abstuvo por otra parte a comentar la renuncia de su asesor principal, Raúl Molina, con una carta de matices críticos en la cual señala que “es indispensable transitar de un énfasis centrado en el orden público, necesario pero insuficiente, hacia uno que recupere la posibilidad de escucha y diálogo entre peruanos”.
Agregó que ese objetivo “se hace mucho más difícil conviviendo con el muy alto número de fallecidos habidos en esta crisis, sin que se hayan atribuido aun responsabilidades claras y oportunas por esas irreparables pérdidas”.
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