Los manifestantes marcharon hasta la sede de las televisoras América, de señal abierta, y Canal N, de cable, por sus enfoques noticiosos de tendencia derechista y contrarios a las grandes protestas que demandan la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.
La posición similar de la mayoría de lo medios de prensa privados ha dado lugar a que sus reporteros sean vistos con desconfianza y hostilidad por los manifestantes, que en varios casos los han agredidos.
Los marchistas llegaron también al local de la estatal TV Perú y expresaron su solidaridad con el periodista Carlos Cornejo, después que afirmó en su programa que la Policía asesinó en Lima al manifestante Víctor Santisteban, lo que no ha reconocido el Gobierno pese a dos videos que incriminan a uno de los uniformados.
“No puedo aceptar que una democracia avale la muerte de ciudadanos a manos de la Policía”, declarò Cornejo en una entrevista.
En ambos casos y pese al carácter pacífico de las manifestaciones, la Policía formó una barrera de decenas de agentes entre los locales de las dos televisoras y los manifestantes, sin registrarse incidentes.
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