Sindicatos agrícolas convocaron a la peculiar protesta, que no es nueva en Francia, por considerar nefasto el impacto de la decisión para los productores, unos dos mil de ellos reunidos en esta capital.
El objetivo de los manifestantes es llegar hasta la explanada de Los Inválidos y dispersarse en la tarde, cuando se prevén más dificultades en la circulación vehicular.
La Corte de Justicia de la Unión Europea consideró ilegal toda decisión de derogar la prohibición de los insecticidas neonicotinoides, fijada en 2018 por el daño que causan a las abejas.
Francia había optado por autorizar su uso, pero el 23 de enero el Gobierno cambió la postura, a partir del dictamen de la corte europea.
Mientras ecologistas celebran la medida, agricultores estiman que resulta devastadora, esgrimiendo una «amenaza a la seguridad alimentaria» del país.
Los neonicotinoides son empleados de manera preventiva en las semillas de remolacha azucarera para protegerlas de plagas.
Sin embargo, investigaciones científicas demuestran que afectan a las abejas y polinizadores silvestres, con daños como la alteración en el olfato, la memoria y la locomoción.
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