Li Tongzeng, directivo del hospital You´an de Beijing, dijo a la agencia Xinhua que si bien el país superó el pico de infecciones de su peor oleada de la patología, es necesario mantener la vigilancia porque la pandemia todavía no acabó.
Según acotó, China no sufrió otro rebrote de magnitud durante los recientes feriados por Año Nuevo Lunar porque el contagio de casi todos sus habitantes entre diciembre y enero pasado, le permitió tener un alto nivel de anticuerpos.
También destacó la prevalencia de las variantes BA.5.2.48 y BF.7.14 de la Ómicron entre los infectados, pero enfatizó en seguir alertas porque se desconoce con precisión cuándo estallaría otra oleada.
Otras voces, coinciden en mantener la prioridad en las escuelas y las áreas rurales, aunque consideran baja una explosión de casos en el corto plazo.
Ayer el Partido Comunista de China (PCCh) dijo que el país logró “una victoria grande y decisiva” en la prevención y el control de la Covid-19 desde noviembre pasado, cuando comenzó a aligerar el mecanismo epidemiológico.
El Comité Permanente del Buró Político de esa organización indicó en una reunión que quedó demostrada la efectividad de sus decisiones y las medidas adoptadas al respecto, pero además gozan del reconocimiento del público.
Según acotó, el manejo optimizado de la Covid-19 en China transitó sin problemas, más de 200 millones de personas recibieron tratamiento, 800 mil casos severos fueron atendidos y la tasa de muertos se mantuvo entre las más bajas del mundo.
No obstante, urgió a las autoridades locales mantener la prioridad en aumentar los niveles de vacunación en los adultos mayores, mejorar el sistema de salud y ampliar la producción de suministros médicos.
China a finales de noviembre comenzó a revolucionar su estricto mecanismo antiCovid-19, desmontó muchas medidas y simplificó otras en función de garantizar el crecimiento socioeconómico y erradicar prácticas polémicas que causaron malestar en la población y destaparon protestas sin precedentes ese mes.
Pero al mismo tiempo el país experimentó el rebrote más fuerte desde 2020 en Wuhan y con saldo de casi 100 mil muertes, cerca del 90 por ciento de la población infectada y miles de casos críticos entre los ancianos.
No obstante, el 8 de enero degradó el nivel de emergencia con que maneja la Covid-19, eliminó las cuarentenas obligatorias y reabrió las fronteras, con lo cual dio paso a la convivencia con el SARS-CoV-2, tal y como hace el resto del mundo.
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