Los promotores de la protesta colocaron la víspera un viejo tanque soviético, a pocos metros de la embajada rusa, con su torreta enfilada hacia esa misión diplomática.
Sin embargo, el blindado amaneció esta jornada tapado casi por completo con unas dos mil rosas que depositaron los pobladores de Berlín, en recordación de los combatientes del Ejército Rojo, cuya aniversario de creación se celebró ayer en Rusia.
En lugar de una acción contra la operación militar ordenada por el presidente Vladimir Putin en Ucrania, para proteger la población de la sublevada región de Donbass, se produjo un inusual cambio de objetivos y se aprovechó la ocasión para lanzar consignas pacifistas. Decenas de personas rodearon el sitio donde fue situado el tanque soviético con pancartas en las que se exigía poner fin a los suministros de armamentos germanos a Kiev, incluido el previsto envío de al menos 14 modernos tanques Leopard-2, fabricados en esta nación. Algunos de los promotores de la protesta contra Rusia intentaron instalar en la torreta del blindado una bandera ucraniana, pero poco después otro activista opuesto impuso allí una insignia rusa, que también fue retirada, destacó la prensa local.
Berlín se unió a otras capitales europeas en el afán de Occidente de rearmar a Ucrania, pese a las advertencias de Moscú de que tal práctica solo servirá para alargar aún más la confrontación.
Putin indicó en una reciente intervención ante las dos cámaras de la Asamblea Federal (parlamento) que Occidente suministró armas a la referida república exsoviética por valor de unos 150 mil millones de dólares.
oda/to
