El hospital del municipio de Salamieh recibió los cuerpos de las tres víctimas que fueron masacradas con ametralladoras mientras recolectaban trufas en las zonas desérticas, informó la Comandancia de la Policía de Hama.
Horas antes de este ataque, al menos ocho civiles perecieron y otros 80 resultaron heridos por el estallido de una mina remanente de los radicales de Daesh, en la provincia oriental siria de Deir Ezzor.
El 27 de febrero pasado, al menos 10 personas murieron y otras 12 resultaron heridas por el estallido de dos cargas explosivas en la provincia central siria de Hama, a unos 200 kilómetros al norte de esta capital.
Mientras, el 17 del mismo mes 68 personas fueron asesinadas por los terroristas del Daesh en el sureste de la ciudad de Al-Sukhna, en el extremo oriental de la provincia de Homs.
En el desierto de Al-Badieh se incrementan las agresiones del Estado Islámico, cuyos integrantes, según denuncias de Damasco, reciben apoyo logístico, protección e información de inteligencia por parte de los militares norteamericanos en la zona de Tanef, en el este del país.
Según analistas, el Daesh recurre, desde su derrota en 2018, a la guerra de pandillas y ataca apoyado en claras instrucciones de inteligencia para desgastar a las tropas sirias y sus aliados.
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