“No es un tema central de la cumbre, pero es una ocasión para poder tener contacto con las autoridades de ambos países, expresar la preocupación que tenemos como país por esta situación y poder avanzar en estructurar una instancia de contacto”, dijo.
De acuerdo con van Klaveren, ha habido señales positivas de parte de las autoridades bolivianas y venezolanas y ambas están dispuestas a tener un diálogo sobre este asunto.
El ministro de Relaciones Exteriores dijo tener un mandato del presidente, Gabriel Boric, de fortalecer los contactos con esos países y consideró que en estos momentos están dadas las condiciones para lograr ese objetivo.
A finales de febrero Chile decidió militarizar la frontera con Pérú y Bolivia para frenar el flujo de los migrantes, una medida que causa preocupación entre las agrupaciones defensoras de los derechos humanos.
Cientos de efectivos fueron emplazados en distintos puntos de las áreas limítrofes de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta como parte de un operativo que estará vigente durante 90 días y puede ser extendido con la aprobación del Congreso Nacional.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos expresó su desacuerdo por el hecho de que militares asuman labores de control de orden público correspondientes a la policía.
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