Esta previsión aparece de acuerdo con las más recientes estimaciones de esa instancia financiera.
Señaló que los índices económicos permanecerán débiles en el actual año, y en los próximos debido a unas altas tasas de interés, tampoco se augura una rápida recuperación de la demanda de las exportaciones de Finlandia.
Sin embargo, el banco considera que la recesión no sea duradera ni profunda.
En comparación, señala, en 2022, la economía finlandesa creció 2,1 por ciento gracias a los buenos índices de los primeros meses del año, pero el conflicto de Ucrania, iniciado el 24 de febrero de 2022, y la crisis energética resultante cambiaron la tendencia.
Los precios al consumidor en el país crecieron rápidamente en ese año, mientras los de la energía cayeron drásticamente para finales de 2022.
El Banco de Finlandia pronostica que en 2023, la presión sobre los valores al consumidor disminuya, y el crecimiento de los precios de los servicios y bienes de consumo se ralentice gradualmente.
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