Tras el revés de las dos mociones de censura opositoras en la Asamblea Nacional, el último recurso parlamentario para frenar la iniciativa, estallaron protestas en la tarde-noche por quinto día consecutivo desde que el jueves la primera ministra Elisabeth Borne anunciara la activación del artículo 49.3 de la Constitución para aprobar la reforma sin voto en la Asamblea.
Según fuentes del Ministerio del Interior, de las alrededor de 300 detenciones, 240 se produjeron en esta capital, epicentro del malestar nacional por un texto que incluye la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años, el aumento del período de cotizaciones y la eliminación de regímenes especiales de jubilación.
Desde el Gobierno acusan a algunos manifestantes de agredir a la Policía y de provocar disturbios acompañados de destrucción de propiedad e incendios, mientras dirigentes políticos y sindicales fustigan la violencia de las fuerzas del orden contra los movilizados pacíficamente.
El líder de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, denunció el arresto la víspera de decenas de personas pacíficas de forma violenta y arbitraria, entre ellas Emma Fourreau y Laurent Abrahams, militantes del movimiento político, y exigió la liberación de los encerrados.
También el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martinez, condenó “la fuerte represión policial” y la calificó de injustificada.
Por su parte, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, afirmó que las protestas son legítimas, “pero el desorden y la violencia, no”.
Desde el 19 de enero, los sindicatos han llevado a las calles a millones de franceses para rechazar la reforma en ocho jornadas nacionales de marchas y huelgas, con la novena prevista el jueves.
De acuerdo con dirigentes gremiales, el Gobierno fue advertido de las consecuencias de imponer una reforma de retiro impopular y de «pasar a la fuerza» con el empleo del artículo 49.3.
En ese sentido, el propio Martinez alertó que la cólera atizada podría conducir a la radicalización de las protestas y a situaciones inaceptables.
El presidente Emmanuel Macron anunció que se dirigirá mañana al país, pero diversos voceros del Ejecutivo descartaron en las últimas horas la renuncia a la reforma, defendida desde el oficialismo con la alegada urgencia de frenar el déficit financiero en el sistema de jubilación por repartición.
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