Aunque se trata de la novena movilización organizada por la Intersindical, movimiento que aglutina a los principales gremios, desde el 19 de enero, las concentraciones y las marchas en suelo galo han sido diarias durante la última semana, tras el anuncio por la primera ministra Elisabeth Borne del uso del artículo 49.3 de la Constitución.
Ese recurso permitió al Gobierno aprobar la reforma y su polémica extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años sin el voto de la Asamblea Nacional, donde el oficialismo no cuenta con la mayoría absoluta para materializar proyectos de ley por sí solo.
La activación del 49.3 atizó el malestar tanto de los sindicatos como de la oposición, con llamados a mantener las protestas, las cuales desde el jueves pasado –cuando Borne desencadenó el proceso constitucional- han tenido episodios de violencia, con saldo de más de un millar de detenciones.
En una de las reacciones de los gremios, la Confederación General del Trabajo (CGT) reiteró en un comunicado que seguirá la lucha contra una reforma de la jubilación “que todo el mundo, sin excepción, considera injustificada, injusta y brutal”.
La víspera, en una entrevista televisada, el presidente Emmanuel Macron justificó el proyecto, descartó retirarlo y subrayó que mantiene su confianza en la Primera Ministra, cuya renuncia reclaman fuerzas políticas de izquierda y la extrema derecha.
Las protestas de hoy serán las primeras convocadas por la Intersindical con la reforma ya adoptada, lo cual ocurrió el lunes tras el revés en la Asamblea Nacional de dos mociones de censura opositoras para frenarla y hacer caer al Gobierno, una de ellas derrotada por apenas nueve votos.
Millones de personas se manifestaron por todo el país en las ocho jornadas previas, realizadas el 19 y 31 de enero, el 7, 11 y 16 de febrero, y el 7, 11 y 15 de este mes.
El ministro del Interior Gérald Darmanin señaló ayer que 12 mil policías y gendarmes serán movilizados este jueves, cinco mil de ellos en París.
Las marchas en Francia complementan las diversas huelgas que impactan desde hace semanas la economía del país, en sectores como el transporte terrestre, ferroviario y aéreo, el suministro de combustible y la recogida de basura.
Ante las consecuencias de los paros, el Ejecutivo intervino en los ámbitos de la energía y los desechos, con órdenes a huelguistas en refinerías y depósitos de combustible y desperdicios de retornar a sus puestos para evitar sanciones penales.
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