Los militares explicaron en un comunicado que adoptaron tal decisión después de escuchar anoche un discurso a la nación del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien defendió la iniciativa pese al creciente malestar de la sociedad israelí.
A principios de marzo, 37 pilotos de reserva se negaron a presentarse a un entrenamiento programado por igual motivo, aunque luego se retractaron tras acordar un diálogo con sus superiores.
Esos militares pertenecen al 69 escuadrón de cazas, uno de los más elitistas de la IAF.
Un día después, una decena de excomandantes de la Fuerza Aérea anunciaron su oposición a la propuesta gubernamental, que restringiría la capacidad del Tribunal Supremo para rechazar leyes al permitirle al Parlamento volver a legislar normativas impugnadas por ese órgano.
El plan, además, permitiría al Ejecutivo de extrema derecha controlar el nombramiento de los magistrados.
Los exjefes de la IAF publicaron una carta abierta a Netanyahu y al titular de Defensa, Yoav Gallant, para patentizar su rechazo.
La misiva fue firmada, entre otros, por los generales Dan Tolkovsky y Amikam Norkin y solo faltaron las rúbricas de los cuatro antiguos comandantes del cuerpo ya fallecidos. Hace una semana, unos 650 reservistas del Ejército se negaron a presentarse al servicio activo.
Según la radioemisora Arutz Sheva, 450 oficiales y soldados de la División de Operaciones Especiales de Inteligencia Militar y 200 de las unidades de guerra cibernética no asistieron a sus puestos.
El plan del oficialismo generó intensas críticas públicas y una feroz oposición en la nación, donde son sistemáticas las protestas masivas en medio de las advertencias de economistas, profesionales del derecho, académicos y funcionarios de seguridad.
Empresarios, estudiantes, políticos, trabajadores de diversos sectores y hasta militares en activo criticaron la normativa, defendida por la derecha y sectores conservadores.
Israel se encamina hacia una guerra civil, alertó hace unos días el político y exministro de Defensa Benny Gantz.
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