En varias de sus publicaciones en Internet en los últimos dos días, Trump supuestamente trató de intimidar con un bate de béisbol al fiscal de distrito de Manhattan, el demócrata Alvin Bragg, y advirtió que cualquier imputación presentada contra él podría conducir a «muerte y destrucción potencial» en todo el país.
Según publicó el diario de The Hill, la postura del exgobernante provocó fuertes críticas de los demócratas, que advierten de otro 6 de enero, reseñó el periódico al comentar que Trump agrava con su accionar las hostilidades partidistas e inflama el malestar nacional.
«Es peligroso, y es obviamente una señal de que la presión del momento le está afectando», dijo el congresista Bennie Thompson (demócrata de Mississippi), quien encabezó el comité selecto de la Cámara de Representantes que investigó el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.
«Tengo la esperanza de que no se lo tomen al pie de la letra», añadió Thompson, refiriéndose a los partidarios de Trump, porque fueron sus simpatizantes los que, por incitación suya, se concentraron en Washington, D.C., aquel 6 de enero.
En breve tiempo esas emociones pasaron a ser armas para atacar el Capitolio con el objetivo de detener la certificación de la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2020, apuntó.
Las preocupaciones llegan justo previo al primer mitin de campaña este 25 de marzo en Waco, Texas, exactamente 30 años después de que se produjera un enfrentamiento mortal entre las fuerzas del orden federales y los Branch Davidians, una secta apocalíptica liderada por David Koresh, a las afueras de la ciudad, recordó The Hill.
El asedio terminó con un incendio que devoró el complejo de la secta, dejó decenas de practicantes muertos y desde entonces el trágico incidente se convirtió en un grito de guerra de aquellos que ven al gobierno como una fuerza abusiva que pisotea las libertades individuales.
Varios legisladores ven una conexión entre el lenguaje cada vez más belicoso de Trump y su elección de Waco para dar el pistoletazo de salida a su campaña.
La víspera, los aliados del expresidente también trataron de llamar la atención sobre la difícil situación de los detenidos y acusados por el ataque al Congreso, de quienes consideran se están violando sus derechos constitucionales.
Trump se enfrenta a una serie de investigaciones penales sobre su conducta, incluido su papel en los disturbios en el Capitolio, sus esfuerzos por anular los resultados de las elecciones de 2020 y el hallazgo de documentos clasificados en Mar-a-Lago, su residencia de lujo en el sur de Florida.
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