Han dado prioridad a una industria salvaje (de las armas) y a una tradición que no tiene sentido ninguno (el derecho a portarlas), afirmó Manuel Oliver, cuyo hijo Joaquín Oliver fue una de las 17 personas asesinadas el 14 de febrero de 2018 escuela secundaria Stoneman Douglas, de Parkland, Florida.
En declaraciones a la cadena CNN tras el ataque armado el lunes a una escuela de Nashville, Tennessee, que dejó seis muertos, Oliver culpó a “muchos políticos por ser cómplices” de la situación que vive el país.
Subrayó que quien mató a tres niños y tres adultos allí tuvo acceso a las armas de fuego porque las adquirió legalmente.
Ahora “pretendemos (decir) que nos es culpa de un sistema, que no es culpa de una industria que está imponiendo el consumo de armas sobre la protección de los niños”, añadió a la televisora.
Comentó el gran trauma que sufren los menores de edad obligados a ensayar casi a diario cómo sobrevivir a un tiroteo en su escuela.
Oliver añadió que hay mucho por hacer todavía para prevenir que ocurran más tragedias similares, “sabemos del dolor, la realidad, un país que se rehúsa a ceder a controlar las armas”.
Millones de padres a menudo dejan a sus hijos con un miedo persistente sobre si su escuela será la próxima, señaló otro reporte de la propia cadena de noticias.
Datos del Archivo de Violencia Armada (GVA por sus siglas en inglés), arrojaron que con la matanza en Nashville se contabilizan más de 130 tiroteos masivos en Estados Unidos en lo que va del año.
Pero John Cornyn, uno de los principales republicanos del Senado, desestimó cualquier idea de que lo sucedido ahora marcará alguna diferencia política.
“Diría que hemos llegado tan lejos como podemos, a menos que alguien identifique algún área que no abordamos”, expresó el legislador por Texas a CNN.
Cornyn tuvo un rol esencial en la aprobación de la legislación bipartidista sobre armas el año pasado, a pesar de la oposición de los defensores del derecho a portar armas en su estado natal.
Recordó el medio de prensa que la nueva ley, que constituyó la reforma federal de armas de fuego más significativa en la década, siguió al tiroteo en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, donde perdieron la vida 21 personas, entre ellas 19 niños.
Pero la controversia siempre acompañará aquí cualquier intento de legislación sobre armas, porque no hay un terreno común alcanzable entre defender el derecho constitucional a portarlas y el deseo de muchos estadounidenses que quieren leyes más estrictas en ese sentido, concluyó CNN.
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