Al intervenir en una ceremonia de Iftar (rompimiento del ayuno) del Orfanato Islámico, el jefe del gobierno indicó que la solución a la crisis pasa primero por restablecer la regularidad del trabajo constitucional y la designación del nuevo mandatario.
En este sentido, Mikati enfatizó la urgencia de aprobar una serie de nombramientos en instituciones básicas y sensibles para mantener el nivel de estabilidad y aprobar las reformas requeridas en la nación.
Ante la grave crisis en todos los niveles, político, económico y social, el titular del Ejecutivo mostró preocupación por el discurso sectario desenfrenado en días recientes y las conductas de sedición.
En el contexto del mes de Ramadán (festividad sagrada de la comunidad musulmana), el líder del gabinete insistió en la necesidad de la unidad y la solidaridad frente a los llamados a la división y fragmentación.
Llamó a la responsabilidad para realizar las elecciones presidenciales y aprobar las leyes requeridas, con el fin de impulsar las reformas de recuperación.
Reiteró que el actual gobierno hace negocios y los administra dentro de los límites mínimos disponibles constitucionalmente, y juega el papel de custodio de las instituciones.
Indicó que la persistencia de las fuerzas políticas en el incumplimiento de sus deberes pone al país en riesgo de disolución total al prolongar la vacancia presidencial.
En medio del deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos, Líbano intenta designar al jefe de Estado número 14 después de la independencia, tras la conclusión del mandato de Michel Aoun el 31 de octubre último.
Tras 11 sesiones parlamentarias, ningún candidato de la comunidad cristiana maronita logró la mayoría requerida de 65 votos y la negativa al diálogo de algunos partidos obstaculiza la designación del próximo mandatario libanés.
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