Los investigadores del grupo Complex Systems (CoSIN3), Daniel Rhoads; del Internet Interdisciplinary Institute (IN3), Alberto Solé Ribalta: y de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Javier Borge Holthoefer, concluyeron que en el horizonte estarán las llamadas Ciudades de los 15 minutos.
Más terrenales, las urbes ofrecerán sobre todo mejor proximidad de los servicios, algo en lo que ya trabajan París, Barcelona, Bogotá, Shanghái o Melbourne.
En este nuevo modelo de ciudad, basado en los desplazamientos a pie, cobra especial relevancia un elemento urbano al que no siempre se da la importancia que requiere: las aceras, algo a lo cual dedicaron sus estudios los tres expertos mencionados.
«Hemos desarrollado un marco flexible para probar la solidez de las redes de aceras de la ciudad frente a las diversas limitaciones de movilidad de los residentes y lo hemos aplicado a Barcelona», explicó Rhoads, en el texto difundido por la UOC.
«En los últimos cien años, la humanidad ha creado ciudades pensadas para ir en coche; ahora están empezándose a adaptar para ir a pie», destacó.
En el estudio, cuyos resultados han sido publicados en abierto en la revista científica Computers, Environment and Urban Systems, los autores discuten diferentes enfoques para mejorar la red de aceras.
«Proponemos un marco para evaluar la transitabilidad multifactorial utilizando la teoría de la percolación e información sobre el comportamiento de los peatones», precisó Rhoads.
Junto a Solé Ribalta y Borge Holthoefer, el trío de autores trabaja sobre una representación digital del sistema de aceras de Barcelona, con información de su ancho, la pendiente y el nivel de riesgo basado en datos de accidentes de tráfico.
«Una persona en silla de ruedas, por ejemplo, precisa de, al menos, dos metros de ancho y de pendientes que no superen los dos grados», detalló Rhoads.
A partir de estas y otras particularidades, los científicos intentan en distintas partes del mundo buscar soluciones para que la vida sea más sencilla sin necesidad de invertir en cuantiosos recursos que deterioran la vida del planeta.
«Centrando el análisis en cualquier punto de la ciudad, puede averiguarse a cuántos servicios básicos puede acceder una persona en un rango de 15 minutos andando, bajo cualquier combinación de condiciones», opinó Rhoads.
El nombre de “La ciudad de los 15 minutos andando” es una propuesta reciente del urbanista colombiano Carlos Moreno, afincado en París, donde está alejando los coches del centro de la ciudad.
Ir a un supermercado, un médico, una escuela, un parque, una biblioteca o bien a una parada de transporte público plantea el universo donde el transeúnte debería poder llegar en el rango de un cuarto de hora, según los analistas del tema.
«Con su política de las superislas, Barcelona está avanzando hacia este modelo. A escala global, debido a su tamaño razonable, a su robusto sistema de transporte público y a la distribución de la población a lo largo de todo el entramado urbano, que alterna edificios residenciales y negocios, ya puede considerarse una ciudad bastante caminable», apostilló Rhoads.
El experto que vive en Estados Unidos y es parte de los trabajos con la UOC, admitió que en su país las ciudades son mucho más horizontales, las distancias enormes y todo está pensado para el auto.
«Caminar es una forma saludable de hacer ejercicio y, al reducir los desplazamientos en vehículo con motor de combustión, mejora la calidad del aire, se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y se minimiza el riesgo de accidentes de tráfico», recalcaron los especialistas en defensa de La ciudad de los 15 minutos.
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