Mao Ning, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo que tal acción constituiría una grave violación tanto la soberanía del país sobre la isla como los fundamentos de los nexos Beijing-Washington.
También consideró que en nombre de los negocios y la economía, la parte estadounidense envía señales equivocadas a los promotores del separatismo y la independencia de Taiwán, cuando su compromiso es solo mantener lazos no oficiales con dicho territorio.
No obstante, auguró el fracaso de cualquier intento de Taipéi por procurar apoyo norteamericano, ya sea mediante las interacciones y la cooperación de carácter comercial.
Por otro lado, Mao rechazó los señalamientos de Estados Unidos y la Unión Europea a las políticas mercantiles de China, ratificó el apego a la apertura de alto estándar del mercado nacional y el cumplimiento de las reglas y normas internacionales que rigen el mercado.
Aseguró que todas las transacciones comerciales, las inversiones y proyectos de cooperación entre el gigante asiático y otras naciones se rigen por los principios de respeto mutuo y beneficio compartido.
China –enfatizó- defiende la justicia internacional, favorece la resolución de desacuerdos mediante el diálogo y las consultas, no representa riesgo alguno y sí ofrece oportunidades.
La funcionaria alertó que la única amenaza para el mundo es la confrontación o la nueva guerra fría promovida por algunas naciones, los esfuerzos por inmiscuirse en asuntos internos de otros y de politizar tanto el comercio como la tecnología y la producción.
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