A juicio del representante especial del Gobierno para Asuntos Euroasiáticos, Li Hui, ninguna parte debe emitir pronunciamientos ni proceder con acciones que conlleven a una escalada en vez de fomentar las negociaciones sobre una salida política.
En un encuentro con la prensa, el funcionario dijo que en su reciente gira por Ucrania, Rusia, Polonia, Francia y Alemania percibió en las autoridades la voluntad de avanzar hacia una resolución del conflicto, pero al mismo tiempo comprobó la existencia de grandes y constantes riesgos.
Li consideró la situación preocupante por la inestabilidad y las incertidumbres que la rodean, pero estimó importante que alguno de los actores implicados de el primer paso en la búsqueda de una salida negociada.
“Sí ocurre algún desastre nuclear, nadie saldrá ileso”, advirtió, al compartir sus impresiones sobre el entorno y las consecuencias del conflicto en Rusia, Ucrania y la Unión Europea.
El diplomático reiteró la apuesta de China por el diálogo constructivo y el apoyo a cualquier iniciativa conducente al cese de las hostilidades.
Recalcó que Beijing quiere trabajar con las partes para resolver el conflicto, seguirá impulsando una salida negociada, buscará fortalecer diálogo con todos y promoverá el entendimiento.
En ese sentido, anunció el viaje de otras delegaciones en el corto plazo para continuar con las comunicaciones y aunar consensos sobre una resolución política.
Entre otras cuestiones, se refirió a las múltiples declaraciones del presidente Xi Jinping a favor de la paz y al documento emitido en febrero pasado con la postura china ante la crisis.
Li realizó su gira en la segunda mitad de mayo, tras la conversación telefónica en abril pasado del dignatario chino y su homólogo ucraniano, Vladimir Zelenski.
Mientras, el texto de 12 puntos con la posición de Beijing convoca a la comunidad internacional a propiciar las condiciones para reanudar los diálogos y hallar una salida pacífica al conflicto.
Reivindica a las conversaciones como la única solución viable a la crisis, se opone a la mentalidad de guerra fría, demanda el fin de las hostilidades y el respeto a la soberanía de todos los Estados.
El documento urge a los implicados a mantenerse racionales y actuar con moderación, abstenerse de avivar las llamas y agravar las tensiones, así como evitar que la situación se salga de control.
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