El pronunciamiento señala que las amenazas están dirigidas contra dirigentes de la comunidad Flor de Ucayali y pide la urgente intervención de las autoridades para garantizar la vida y seguridad de los nativos y sus familias.
Añade que las amenazas son motivadas por las actividades del Proyecto Especial de Control y Reducción del Cultivo de Coca (Corah) en tierras de la comunidad, como la destrucción de pozas de maceración de hoja de coca y el decomiso de maquinaria para la producción de droga.
Según Aidesep, a pesar de las amenazas y la situación de indefensión de los comuneros, “los ejecutivos del Corah manifestaron que no es su función ni obligación proteger a la población después de sus intervenciones”.
“Luego de que los del Corah se retiren, van a pagar caro los de Flor Ucayali. Hay aparente tranquilidad ahora, pero no sabemos lo que puede pasar en adelante”, advirtió una comunera citada por Aidesep.
La indígena participó en mayo último en el Encuentro Nacional de Defensores y Defensoras Indígenas, donde informó sobre la gravedad de la situación de la comunidad Flor de Ucayali y pidió acciones efectivas al ministro de Justicia, Daniel Maurate.
Ante las amenazas, una delegación de los pueblos Shipibo y Kakataibo llegará a Lima la semana próxima para pedir ayuda y protección al gobierno central.
Aidesep recordó que en julio de 2022, el Ministerio de Justicia anunció medidas de resguardo para la comunidad Flor de Ucayali, pero no se concretaron y el narcotráfico sigue avanzando y siendo una grave amenaza para la población.
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