La conexión que marca un hito en la carrera del atleta de 42 años de edad y 20 de ellos jugando en series nacionales, fue la última del choque y sirvió para completar la pizarra que sentenció el súper nocaut en el sexto inning.
Silva había comenzado la actual temporada con 192 palos de vuelta entera y según declaraciones a la prensa local nunca se enfocó en los ocho que le faltaban para completar los 200.
«Ese tipo de batazos salen solos y me concentré en contribuir al equipo que está aspirando a la clasificación a la postemporada», comentó.
Silva ha compartido su carrera deportiva entre su equipo actual y Santiago de Cuba, con el cual se coronó cuatro de las cinco veces que ha subido a lo más alto del podio, pues también lo hizo como refuerzo de Villa Clara en 2013.
Según los archivos del estadístico Benigno Daquinta, con su cuadrangular de hoy se convirtió en el bateador 43 que dispara dos centenares de bambinazos en torneos beisboleros de máximo nivel en la isla.
«Para mí todos han sido fundamentales. No he salido a buscar ninguno, solo a realizar un buen swing, extender los brazos y emplear la potencia, combinadas con una buena selección y contacto», explicó al responder cuál de esos batazos tenía más valor para él.
El ranking histórico de los jonroneros cubanos lo encabeza el legendario pelotero santiaguero Orestes Kindelán, conocido entre la afición como el Tambor Mayor por la contundencia de sus batazos lo mismo en eventos nacionales que en competencias internacionales.
Solo Kindelán (487), el matancero Lázaro Junco (405) y el pinareño Omar Linares (404) han rebasado la barrera de los 400 bambinazos en campeonatos cubanos, mientras el espirituano Frederich Cepeda es el máximo productor de jonrones entre los jugadores en activo con 350.
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