El sexenio de Andrés Manuel López Obrador concluye dos meses antes de los seis años pues una reforma aprobada el 10 de febrero de 2014 señala que el Ejecutivo Federal dejará el cargo el 1 de octubre para que el mandatario electo pueda participar en la elaboración, discusión y aprobación del nuevo presupuesto nacional.
De manera que, a partir de López Obrador, la asunción del cargo ya no será el 1 de diciembre, sino el 1 de octubre, y las elecciones el 2 de junio, mientras que las anteriores de 2018 fueron el 1 de julio en las que el mandatario arrasó con 30 millones de votos.
Esas podrían ser las razones de los anuncios de hoy de los dos bandos principales en liza, la coalición de gobierno Junto haremos historia que lidera el partido Morena, y la alianza derechista Va por México, que encabezan los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI).
Los primeros informaron que se reunirán este domingo para debatir el método de selección de la candidatura presidencial de los cuatro aspirantes en pugna: Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, canciller, Adán Augusto López, secretario de Gobernación, y Ricardo Monreal, líder de la Junta de Coordinación del Senado de la República.
Hay discrepancias entre ellos sobre el método propuesto por López Obrador de sacar el debate interno a la calle y que sea una encuesta popular la que decida quién de los cuatro los representará como candidato presidencial de la República y nuevo jefe del programa IV Transformación.
La sesión está programada para realizarse de manera virtual a las 17:00 horas del domingo y únicamente tendrán acceso los consejeros nacionales.
Por su parte, la alianza opositora Va por México lo hará 15 días después, el 26 de junio, como fecha máxima para informar el método por el que elegirán a su candidato presidencial para las elecciones 2024.
Será un proceso mucho más complicado que el de su rival, como admitió el líder del PAN Marko Cortés, por los diversos y múltiples actores de la sociedad que buscarán de la coalición en la que ya se acumulan más de 40 pretendientes a ser elegido su candidato único.
Junto con Alejandro Moreno, dirigente principal del PRI, y Jesús Zambrano, del disminuido Partido de la Revolución Democrática (PRD) intentarán ese día de acordar un método incluyente para elegir a la candidata o candidato, aun cuando dentro de la propia alianza ya hayan recelos de que en verdad habrá piso parejo para tantos aspirantes.
Es posible que la decantación de aspirantes, que debe ser masiva, comience ese mismo día, pues es casi imposible a menos de un año de los comicios, mantener tantos pretendientes al Palacio Nacional.
La tarea es grande para Va por México, pues en 2024 no solamente se elegirá al nuevo presidente de la República, sino en ese mismo acto se incluirán las 500 curules de la Cámara de Diputados y las 128 del Senado, que Morena busca dominarlas con mayoría calificada.
También habrá renovación de los congresos locales en 31 estados, excepto en Coahuila que ya se hizo el pasado 4 de junio.
Antes del 2 de junio, por otra parte, ocho estados más la Ciudad de México, elegirán nuevo gobernador: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán. Mientras que habrá elecciones municipales en 25 de las 32 entidades para nuevos gobiernos o alcaldías.
En consecuencia, México vivirá a partir de ahora dentro de un volcán político de más actividad que el Popocatéptl que arrojará fuego y cenizas de todo tipo porque no solamente se juega el futuro de México, la supervivencia y continuidad de la IV Transformación, sino la propia existencia de algunos partidos a los que se les acaba el fuelle.
El 2 de junio de 2024 se verá, en una muy primera instancia, si la semilla del cambio sembrada por el obradurismo en cinco años y 10 meses de cultivo y riego permanente, dio frutos, y si el árbol que nazca tendrá la longevidad característica del ahuehuete, el de mayor resistencia de la silvicultura mexicana que vive desde antes de los olmecas.
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