El fenómeno astronómico tiene lugar cuando la órbita del satélite natural está más cerca de la Tierra, y además coincide que es luna llena, indicó la NASA en su página oficial.
Las demás súper lunas se darán el 1 y 28 de agosto, y el 29 de septiembre, detalló la agencia federal.
El origen de la Luna del Ciervo se remonta al nombre con el que las tribus algonquinas, nativas del noreste de Estados Unidos y este de Canadá, le daban a esa luna llena de julio al coincidir con la época en la que los antílopes macho renuevan sus astas.
También la llamaban la Luna del Trueno por las frecuentes tormentas de principios de verano; mientras que los europeos la denominaban Luna de Heno por la siega al comienzo de esa estación del año.
Para el área de Washington, DC, esta fase llena ocurrirá más próxima del solsticio de verano y dos grados más baja en el cielo en su punto más alto que en junio.
Los expertos sugieren que la mejor manera de observar en todo su esplendor el fenómeno astronómico es desde sitios donde no haya contaminación lumínica, sin edificios circundantes ni cualquier obstáculo, porque el resto es mirar al cielo nocturno.
La Luna orbita la Tierra en una elipse, un óvalo que la acerca y aleja a medida que gira.
El espectáculo se muestra cuando la órbita del único satélite natural de la Tierra está más lindante de nuestro planeta, o sea, en el perigeo, a una distancia media de 384 mil 402 —356 kilómetros y se encuentra en inicio de periodo de luna llena.
En tanto, el punto más distante en esta elipse se llama apogeo y está, como promedio, a unos 405 mil 500 — 406 mil kilómetros de la Tierra.
Por cierto, aunque la vemos brillar cada noche sin necesidad de instrumento alguno y ofrece esa sensación de que podríamos tocarla no es más que pura ilusión.
La luz que vemos de la Luna tarda 1,3 segundos en llegar a nosotros, es decir, la vemos tal y como era 1,3 segundos atrás.
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