En una carta abierta dirigida al artista, el también secretario del Partido Comunista en Rosario invitó a Páez a sumar su voz a la lucha contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a ese país desde hace más de seis décadas y no a acallar el reclamo contra esa acción deleznable. Ese cerco es una declaración de guerra a la que hay que sumar otros actos terroristas contra Cuba que causaron más de tres mil muertos. Desconozco los motivos y causas que provocaron tus declaraciones, las cuales considero alejadas de la realidad histórica. No hacen más que incluir tu voz en la guerra de cuarta generación que impulsa Washington contra la isla, señala la misiva.
Desconozco si eres conscientemente parte de esto o es un exabrupto emocional. Todo lo que dijiste contra la Revolución cubana no es original. Esos mismos argumentos los esgrimieron otros artistas, deportistas, escritores y políticos serviles a Estados Unidos. Entiendo que provienen de quienes ambicionan fama y dinero y se venden al dios mercado, el que es manejado desde esa nación y, especialmente, desde Miami, añade.
En la carta, Galiotti afirma que la canción Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Páez, es un sinónimo de esperanza ante las adversidades, de acompañamiento a quienes sufren injusticias y de la lealtad de un amigo incondicional.
¿En qué punto esa sensibilidad por la injusticia se pasó al lado del opresor de Cuba y de todos nuestros países latinoamericanos y caribeños?, cuestiona.
Por otra parte, recuerda que un memorando de 1960 del entonces vicesecretario de Estado para Asuntos Interamericanos de Estados Unidos, Lester Mallory, dice:
“La mayoría de los cubanos apoyan a (Fidel) Castro. (…) El único modo de restarle apoyo es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico. (…) Hay que privar a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno».
Esto es lo que sucede desde hace 64 años en Cuba, asevera.
Asimismo, pide a Páez no pensar que todo está perdido y volver a ofrecer su corazón.
No a quienes saquean y ultrajan, sino a quienes soñamos que un mundo mejor es posible. El camino de regreso es difícil, pero aquí te esperamos, si estás dispuesto a recorrerlo. De no ser así habremos perdido una voz para nuestras luchas y habrá ganado el enemigo, con la conversión de uno de los nuestros. Te saludo, con decepción, pero con una pequeña esperanza, concluye.
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