De acuerdo con la revista Physiology and Behaviour, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, los trastornos neurodegenerativos y la depresión conspiran contra un descanso óptimo.
Los científicos comprobaron que 20 minutos de ejercicio moderado puede compensar una mala noche de sueño.
El rendimiento cognitivo mejora durante una sesión de actividad física de intensidad moderada, independientemente del estado de sueño de la persona o de sus niveles de oxígeno.
«Una posible hipótesis de por qué el ejercicio mejora el rendimiento cognitivo está relacionada con el aumento del flujo sanguíneo cerebral y la oxigenación, sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que incluso cuando el ejercicio se realiza en un entorno con bajos niveles de oxígeno, los participantes todavía eran capaces de realizar tareas cognitivas mejor que cuando estaban en reposo en las mismas condiciones», argumentaron los expertos.
Los científicos con este estudio reforzaron la tesis de que el movimiento es medicina para el cuerpo y el cerebro.
Por su parte, la revista PLOS ONE subraya que dormir mejor significa una mejor calidad de vida.
Cuándo dormimos y cuánto tiempo lo hacemos es importante. Se debe dormir la cantidad necesaria, ni más ni menos, enfatizaron los expertos, quienes aseguraran que para un adulto esta se sitúa entre las siete y ocho horas.
La falta de sueño es tan perjudicial como el exceso, puntualizaron los expertos.
De hecho, las enfermedades psiquiátricas suelen estar asociadas a trastornos del sueño, pero dormir bien no solo es esencial para la salud mental, sino que desempeña un papel crucial en las enfermedades metabólicas y en varias afecciones crónicas.
Es esencial la calidad, lo cual se traduce en que las horas de descanso tienen que ser de corrido, sin sobresaltos, sin dificultad para conciliar el sueño ni problemas que lo interrumpan.
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