De esta manera, el 45 por cierto del valor final en surtidor es representado por un alto componente triburario.
Actualmente, la gasolina Super 95 se vende a 78,54 pesos uruguayos (un dólar se cambia por alrededor de 41 pesos) por litro, de los cuales 35,68 corresponden a impuestos.
Dentro de las tarifas principales se cuenta el cobro del Impuesto Específico Interno (Imesi) y el impuesto al dióxido de carbono, establecido para desalentar el consumo de combustibles fósiles y contaminantes.
Se incluye otra tarifa por la importación, pues Uruguay no tiene petróleo aunque lo busca en su plataforma marina.
Respecto a los países vecinos, en Argentina el litro de gasolina ronda los 54 pesos uruguayos (unos 6,47 reales), con una carga impositiva de aproximadamente 22 pesos.
En Argentina se vende a 1,194 por litro dólares para la nafta Super 95, equivalente a 52,71 pesos uruguayos al tipo de cambio actual.
Según datos de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), Uruguay importa combustible a 29,41 pesos por litro, por lo que la presión fiscal aumenta esa cifra en casi un 167 por ciento.
Según Ámbito Finaciero, el gobierno obliga a que la mezcla de biocombustibles con los derivados del petróleo sea tan solo de 10 por ciento, lo cual no contribuye a reducir la dependencia de hidrocarburo importado.
La empresa estatal Ancap tuvo saldo negativo de 130,2 millones de dólares en 2024, cuando la única refinería del país estuvo durante varios meses sometida a mantenimiento capital.
También incidió el tipo de cambio con el dólar y los precios del mercado internacional.
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