De bien a mal pasó la Covid-19 en Costa Rica
De bien a mal pasó la Covid-19 en Costa Rica
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San José (Prensa Latina) El comportamiento de la pandemia de Covid-19 en Costa Rica muestra una evidente diferencia a casi 10 meses de detectarse el primer positivo, sobre todo a partir de la reapertura de actividades y la transmisión comunitaria.
Pese a ello y por la alta transmisión del virus, en Costa Rica superan los 165 mil contagiados y los dos mil 100 decesos, estadísticas impensables en los primeros tres meses, cuando las autoridades sanitarias lograron controlar su propagación.
El miedo inicial, las estrictas medidas que obligaron a los ciudadanos a permanecer en sus viviendas, el cierre de las fronteras a la entrada y salida de personas y un seguimiento de los contactos de cada nuevo infectado, permitieron tener bajo control la pandemia.
De ese 6 de marzo al 6 de junio, es decir a los tres meses de llegar el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 al país, los contagiados sumaban mil 263 y 10 los fallecidos por la Covid-19, mientras al finalizar ese sexto mes del año, los infectados eran tres mil 459 y 16 los decesos, cifras consideradas buenas.
Sin embargo, coincidiendo con la reapertura de actividades para la reactivación de la economía nacional -fuertemente impactada por la pandemia, que elevó el desempleo de poco más de 11 a 24,4 por ciento, con más de 526 mil personas sin un puesto de trabajo-, los casos positivos comenzaron a subir.
La curva pasó a ser exponencial poco después que las autoridades sanitarias perdieran el rastro del virus y decretaran la transmisión comunitaria en julio pasado.
La situación se agravó aún más cuando los focos de la pandemia fueron ubicados en la Gran Área Metropolitana, las principales urbes de las provincias San José, Cartago, Heredia y Alajuela, donde reside el 60 por ciento de los poco más de cinco millones de ticos.
De tal forma que al concluir julio, el número de personas confirmadas con la Covid-19 desde marzo ascendió a 17 mil 820, con lo cual 14 mil 361 fueron detectadas en los 31 días de ese mes, para un promedio diario de 463,25 nuevos casos. Las muertes sumaron 150, de ellas 134 en julio, para 4,32 diarias.
Y si julio fue considerado en su momento el peor mes de la pandemia en este país, agosto lo superó por amplio margen pues al finalizar ese mes eran 41 mil 287 los contagiados, 23 mil 467 de ellos en 31 días, para un promedio diario de 757 nuevos casos. Los decesos sumaron 436, de los cuales 286 fueron en agosto, para 9,22 diarios.
Pero la cuestión no queda ahí, pues septiembre resultó verdaderamente alarmante al confirmar 34 mil 473 nuevos casos de la Covid-19, un promedio diario de mil 149, casi la misma cantidad del total reportado por este país en los primeros tres meses de la pandemia, fijado en mil 263.
En octubre la cantidad de casos diarios bajó a mil 104, en noviembre y diciembre la preocupación de las autoridades pasó a la cifra de fallecidos y más aún a los hospitalizados y de estos los que requieren de cuidados intensivos, pues las camas para pacientes críticos han mostrado una situación preocupante.
El 20 de diciembre, el gerente médico de la CCSS, Mario Ruiz, alertó que la ocupación de las camas para pacientes críticos por la Covid-19 en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) estaban al tope y casi obligarían a decidir quiénes sí y quiénes no irían a esas camas.
'Estamos frente a un panorama crítico al cual no queríamos llegar, pues esto implica que al sobrepasar en cantidad las personas en condiciones críticas respecto a la disponibilidad, estos pacientes no podrán disponer de camas que brindan un tratamiento más especializado para su condición', apuntó Ruiz en conferencia de prensa virtual.
'Lo que nadie quería: CCSS sin suficientes camas críticas para pacientes de Covid-19', indicó el gerente médico y precisó que de la capacidad máxima de 359 camas UCI para Covid-19 estaban habilitadas 349.
Explicó que de las 116 camas UCI críticas habilitadas para adultos sólo disponen de cinco, lo cual significa una ocupación del 97 por ciento y en pediátrico del 40 por ciento; y en las severas la ocupación es del 71 por ciento, pues de las 233 habilitadas, 63 están disponibles.
De esa fecha a hoy, la situación mejora, pero sigue complicada la ocupación de esas camas UCI, por lo que las autoridades sanitarias insisten en cumplir todos los protocolos para evitar el contagio.
Buena parte de la población hace caso omiso a ese llamado, como lo demuestran la masiva concentración de personas en los mercados y las congestiones viales. Para saber la afectación de la Covid-19 en el personal sanitario del país, Prensa Latina preguntó a la CCSS, la cual respondió que de marzo hasta el 23 de noviembre se contagiaron cinco mil 401 funcionarios, de los cuales se habían recuperado mil 856, tres mil 531 estaban activos y 14 fallecieron.
En total 112 han requerido hospitalización, de ellos 107 ya están de alta y cinco permanecen internados, concluyó la entidad encargada de la salud pública en este país.
En medio de esa compleja situación, el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, anunció recientemente la llegada de las primeras nueve mil 750 dosis de la vacuna contra el SARS-CoV-2 de la empresa Pfizer-BioNTech, de las cuales el país compró poco más de tres millones de dosis para inmunizar a 1,5 millones de habitantes.
El 24 de diciembre, los adultos mayores Elizabeth Castillo, de 91 años, y Jorge de Ford, de 72, resultaron las dos primeras personas vacunadas contra la Covid-19 en Costa Rica, en la apertura simbólica de la inmunización en hecho resaltado por el presidente Alvarado.
En breve acto simbólico, en el que participaron también el ministro de Salud, Daniel Salas, y el presidente ejecutivo de la CCSS, Román Macaya, el mandatario dio la orden de vacunar a esas dos personas, con lo cual comenzó la campaña en este país.
Costa Rica firmó contratos para adquirir seis millones de dosis de vacunas contra la Covid-19 con tres proveedores, el mencionado con Pfizer-BioNTech, y otros con AstraZeneca-Oxford (un millón de dosis) y la iniciativa Covax de la Organización Mundial de la Salud (dos millones de dosis) para inmunizar a tres millones de personas a lo largo de 2021.
Pese a la llegada de la vacuna, no cesa el contagio de la Covid-19 y en especial la cantidad de fallecidos y personas necesitadas de cuidados intensivos.
Tal vez por eso, Salas destacó que las vacunas son un excelente regalo en el momento más oportuno, pero insistió en que eso no indica que la pandemia haya acabado, por lo cual instó a la población a protegerse hasta lograr inmunizar a todas las personas.
arb/ale
*Corresponsal de Prensa Latina en Costa Rica
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De bien a mal pasó la Covid-19 en Costa Rica
29 de diciembre de 2020, 1:7
Por Alejandro Gómez *
San José (Prensa Latina) El comportamiento de la pandemia de Covid-19 en Costa Rica muestra una evidente diferencia a casi 10 meses de detectarse el primer positivo, sobre todo a partir de la reapertura de actividades y la transmisión comunitaria.
Al conocer la posibilidad de que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, se extendiera por el mundo, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS, encargada de la salud pública), comenzó la preparación del personal y sus instalaciones para enfrentar esta enfermedad que en muy poco tiempo paralizó al mundo, obligó a restringir la movilidad humana y la socialización propia de la especie para evitar el contagio.
Pese a ello y por la alta transmisión del virus, en Costa Rica superan los 165 mil contagiados y los dos mil 100 decesos, estadísticas impensables en los primeros tres meses, cuando las autoridades sanitarias lograron controlar su propagación.
El miedo inicial, las estrictas medidas que obligaron a los ciudadanos a permanecer en sus viviendas, el cierre de las fronteras a la entrada y salida de personas y un seguimiento de los contactos de cada nuevo infectado, permitieron tener bajo control la pandemia.
De ese 6 de marzo al 6 de junio, es decir a los tres meses de llegar el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 al país, los contagiados sumaban mil 263 y 10 los fallecidos por la Covid-19, mientras al finalizar ese sexto mes del año, los infectados eran tres mil 459 y 16 los decesos, cifras consideradas buenas.
Sin embargo, coincidiendo con la reapertura de actividades para la reactivación de la economía nacional -fuertemente impactada por la pandemia, que elevó el desempleo de poco más de 11 a 24,4 por ciento, con más de 526 mil personas sin un puesto de trabajo-, los casos positivos comenzaron a subir.
La curva pasó a ser exponencial poco después que las autoridades sanitarias perdieran el rastro del virus y decretaran la transmisión comunitaria en julio pasado.
La situación se agravó aún más cuando los focos de la pandemia fueron ubicados en la Gran Área Metropolitana, las principales urbes de las provincias San José, Cartago, Heredia y Alajuela, donde reside el 60 por ciento de los poco más de cinco millones de ticos.
De tal forma que al concluir julio, el número de personas confirmadas con la Covid-19 desde marzo ascendió a 17 mil 820, con lo cual 14 mil 361 fueron detectadas en los 31 días de ese mes, para un promedio diario de 463,25 nuevos casos. Las muertes sumaron 150, de ellas 134 en julio, para 4,32 diarias.
Y si julio fue considerado en su momento el peor mes de la pandemia en este país, agosto lo superó por amplio margen pues al finalizar ese mes eran 41 mil 287 los contagiados, 23 mil 467 de ellos en 31 días, para un promedio diario de 757 nuevos casos. Los decesos sumaron 436, de los cuales 286 fueron en agosto, para 9,22 diarios.
Pero la cuestión no queda ahí, pues septiembre resultó verdaderamente alarmante al confirmar 34 mil 473 nuevos casos de la Covid-19, un promedio diario de mil 149, casi la misma cantidad del total reportado por este país en los primeros tres meses de la pandemia, fijado en mil 263.
En octubre la cantidad de casos diarios bajó a mil 104, en noviembre y diciembre la preocupación de las autoridades pasó a la cifra de fallecidos y más aún a los hospitalizados y de estos los que requieren de cuidados intensivos, pues las camas para pacientes críticos han mostrado una situación preocupante.
El 20 de diciembre, el gerente médico de la CCSS, Mario Ruiz, alertó que la ocupación de las camas para pacientes críticos por la Covid-19 en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) estaban al tope y casi obligarían a decidir quiénes sí y quiénes no irían a esas camas.
'Estamos frente a un panorama crítico al cual no queríamos llegar, pues esto implica que al sobrepasar en cantidad las personas en condiciones críticas respecto a la disponibilidad, estos pacientes no podrán disponer de camas que brindan un tratamiento más especializado para su condición', apuntó Ruiz en conferencia de prensa virtual.
'Lo que nadie quería: CCSS sin suficientes camas críticas para pacientes de Covid-19', indicó el gerente médico y precisó que de la capacidad máxima de 359 camas UCI para Covid-19 estaban habilitadas 349.
Explicó que de las 116 camas UCI críticas habilitadas para adultos sólo disponen de cinco, lo cual significa una ocupación del 97 por ciento y en pediátrico del 40 por ciento; y en las severas la ocupación es del 71 por ciento, pues de las 233 habilitadas, 63 están disponibles.
De esa fecha a hoy, la situación mejora, pero sigue complicada la ocupación de esas camas UCI, por lo que las autoridades sanitarias insisten en cumplir todos los protocolos para evitar el contagio.
Buena parte de la población hace caso omiso a ese llamado, como lo demuestran la masiva concentración de personas en los mercados y las congestiones viales. Para saber la afectación de la Covid-19 en el personal sanitario del país, Prensa Latina preguntó a la CCSS, la cual respondió que de marzo hasta el 23 de noviembre se contagiaron cinco mil 401 funcionarios, de los cuales se habían recuperado mil 856, tres mil 531 estaban activos y 14 fallecieron.
En total 112 han requerido hospitalización, de ellos 107 ya están de alta y cinco permanecen internados, concluyó la entidad encargada de la salud pública en este país.
En medio de esa compleja situación, el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, anunció recientemente la llegada de las primeras nueve mil 750 dosis de la vacuna contra el SARS-CoV-2 de la empresa Pfizer-BioNTech, de las cuales el país compró poco más de tres millones de dosis para inmunizar a 1,5 millones de habitantes.
El 24 de diciembre, los adultos mayores Elizabeth Castillo, de 91 años, y Jorge de Ford, de 72, resultaron las dos primeras personas vacunadas contra la Covid-19 en Costa Rica, en la apertura simbólica de la inmunización en hecho resaltado por el presidente Alvarado.
En breve acto simbólico, en el que participaron también el ministro de Salud, Daniel Salas, y el presidente ejecutivo de la CCSS, Román Macaya, el mandatario dio la orden de vacunar a esas dos personas, con lo cual comenzó la campaña en este país.
Costa Rica firmó contratos para adquirir seis millones de dosis de vacunas contra la Covid-19 con tres proveedores, el mencionado con Pfizer-BioNTech, y otros con AstraZeneca-Oxford (un millón de dosis) y la iniciativa Covax de la Organización Mundial de la Salud (dos millones de dosis) para inmunizar a tres millones de personas a lo largo de 2021.
Pese a la llegada de la vacuna, no cesa el contagio de la Covid-19 y en especial la cantidad de fallecidos y personas necesitadas de cuidados intensivos.
Tal vez por eso, Salas destacó que las vacunas son un excelente regalo en el momento más oportuno, pero insistió en que eso no indica que la pandemia haya acabado, por lo cual instó a la población a protegerse hasta lograr inmunizar a todas las personas.
arb/ale
*Corresponsal de Prensa Latina en Costa Rica
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