Covid-19 en Italia, pensar en un modelo social diferente
Covid-19 en Italia, pensar en un modelo social diferente
Covid-19 en Italia, pensar en un modelo social diferente

Roma (Prensa Latina) El ámbito laboral es uno de los más duramente golpeados por la pandemia de Covid-19 en Italia con la pérdida de 420 mil empleos de febrero a octubre de este año, según el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat).
En el centro de la batalla por los derechos y protección de los trabajadores en el cumplimiento de sus funciones están las asociaciones gremiales y el movimiento sindical, desplegado en un amplio espectro de organizaciones independientes y otras afiliadas a las tres principales centrales sindicales del país.
La más antigua y numerosa es la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), con cuyo secretario general dialogó Prensa Latina para conocer sus impresiones sobre aspectos relacionados con la gestión de la epidemia, su impacto y las perspectivas una vez pase la tormenta.
Maurizio Landini fue elegido para ocupar la máxima dirección de la CGIL en enero de 2019, tras dedicar más de la mitad de sus 59 años a la lucha sindical y desempeñar diferentes responsabilidades, entre ellas la secretaría general de la Federación de Empleados y Obreros Metalúrgicos entre 2010 y 2017.
En su opinión, la epidemia puso en evidencia las desigualdades preexistentes, en modo particular la precariedad laboral y las fracturas sociales, junto con 'las lógicas equivocadas de mercado que han gobernado las sociedades occidentales en los últimos 20 o 30 años'.
Al reflexionar sobre el papel desempeñado por el movimiento sindical frente a la crisis sanitaria, destacó la decisión de reafirmar la centralidad de la salud y seguridad de los trabajadores antes que las ganancias, lo cual produjo las primeras manifestaciones en el mes de marzo.
Porque, apuntó, afirmar que la salud y seguridad de los trabajadores era primero que las ganancias, significaba llegar al punto de adoptar disposiciones que bloqueaban las actividades productivas, incluso las no esenciales, enfoque con el cual el movimiento sindical italiano logró 'dos resultados importantes'.
En ese sentido, precisó que fue el único en Europa que presionó para que el gobierno bloqueara los despidos, lo cual ocurrió, y por otra, logró un acuerdo nacional sobre la salud y seguridad en el puesto de trabajo, objetivos en los cuales 'el movimiento sindical unido llegó a desempeñar un papel muy importante'.
En cuanto a la falta de preparación de Italia y el resto de Europa para enfrentar la Covid-19, señaló que 'en el plano cultural se afirmó una cosa que no creo tenga que ver sólo con la emergencia' porque 'esa falta de preparación estuvo ligada a los recortes en los servicios públicos de salud y el sistema social de nuestro país'.
No por casualidad pensamos que hoy es preciso invertir fuertemente en la salud pública, en el sistema sanitario territorial y también en el sistema social, sobre la capacitación, la educación, la universidad, acotó.
A esa consideración añadió analizar que los países occidentales, incluida Italia, y las zonas de mayor contaminación debido a sistemas productivos poco atentos a la seguridad ambiental 'han pagado un precio más alto'.
SUPERAR EL NEOLIBERALISMO
Para Landini, la Covid-19 puso en discusión las políticas de austeridad y normas europeas 'que llevaron a muchos países a recortar los gastos sociales', y aseguró se está produciendo 'un cambio político' en el cual será importante el papel del movimiento sindical y los trabajadores, no sólo en Italia, sino también en Europa.
En la historia del mundo, afirmó, Europa desempeñó un papel importante porque fue la cuna del estado social, de una mediación posible entre el mercado y el trabajo que produjo derechos fundamentales, como la salud y educación públicas, el sistema público de pensiones, lo cual en estos años hizo crisis y se sometió a debate.
Desde esa perspectiva, el líder sindical consideró que 'estamos frente a una ruptura' y fue categórico al manifestar que 'la pandemia no dejará nada como antes y pienso, al menos esa es nuestra idea, que debemos combatir para cambiar lo que existía antes de la pandemia y el objetivo debe ser invertir para cambiar el sistema social y el modelo de producción'.
Por tanto, puntualizó, el problema no es sólo cómo salir de la emergencia, sino cómo se construye un nuevo modelo social y advirtió que junto con la crisis sanitaria están también la climática y ambiental, con una probable relación 'entre esta pandemia o el peligro de otras y la destrucción del medio ambiente por parte del hombre'.
El otro problema que debemos enfrentar es una revolución digital fortísima, con una aceleración sin precedentes en el uso de las tecnologías, lo cual, en su opinión, 'lleva a otro tema muy importante y es que la tecnología no es neutra, el problema es cuál es la plataforma, quién la gobierna, quién la gestiona'.
¿CÓMO SERÁ EL 2021?
Con la misma serenidad con la cual analiza lo ocurrido hasta ahora en Italia castigada aún por la mayor crisis sanitaria, económica y social de su historia republicana, el secretario general de la CGIL se proyecta hacia el futuro con una visión poliédrica sobre metas para 2021.
En ese sentido, subrayó que el bloqueo de despidos es ley y estará en vigor hasta el 31 de marzo de 2021, se renovaron también los instrumentos de caja de integración, contratos de solidaridad, esos que nosotros llamamos 'amortizadores sociales', los cuales sirven para asegurar que nadie pierda el empleo y el ingreso.
Es el momento, dijo, de reiniciar las inversiones, crear empleos, infraestructuras, puentes, ferrovías, pero también infraestructuras sociales, hospitales, salud en el nivel territorial, extender las tecnologías digitales a todo el país, invertir en el territorio para la protección del ambiente y las energías renovables, y salir del carbono.
Por lo tanto es el momento de las inversiones públicas para crear empleos y cambiar el sistema productivo. En mi opinión este es el tema, esto significa que 2021 debe ser un año de recuperación de las inversiones y por otra parte, exista un nuevo sistema de 'amortizadores sociales' en el cual se introduzca una vía de formación, apuntó.
Todas las personas, tanto los jóvenes que estudian como otros como nosotros que trabajamos desde hace muchos años, enfrentamos hoy el problema de ser adiestrados y recalificados a la luz de los cambios y eso debe convertirse en un derecho normal para que todos tengan la posibilidad de actualización durante toda su vida.
Tras expresar que 'eso debe ocurrir en una discusión con toda Europa', Landini mencionó peculiaridades de Italia como la necesidad de una reforma fiscal, 'porque en nuestro país hay una gran evasión' y, sobre todo, consideró importante restablecer el principio de que cada uno pague según lo que reciba y posea.
Por otra parte, se refirió a las posibilidades con que cuenta Italia por su ubicación central en el mar Mediterráneo, a partir de la cual puede ser tanto una cuna logística para el traslado de mercancías y productos para toda el área, como una cultural, histórica y turística.
Desde ese punto de vista invertir significa también crear condiciones en el país para que las personas se puedan mover, tener un nuevo sistema de movilidad, para incluso dar a conocer esas áreas internas con las características de nuestro país, aseveró.
arb/fgg
*Corresponsal de Prensa Latina en Italia
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Por Frank González *
Roma (Prensa Latina) El ámbito laboral es uno de los más duramente golpeados por la pandemia de Covid-19 en Italia con la pérdida de 420 mil empleos de febrero a octubre de este año, según el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat).
A pesar de los cuantiosos recursos asignados por el gobierno para financiar acciones dirigidas a proteger el empleo y garantizar niveles adecuados de ingreso a los trabajadores afectados, los pronósticos coinciden en que una vez agotados esos recursos, la desocupación superará el 11 por ciento en 2021.
En el centro de la batalla por los derechos y protección de los trabajadores en el cumplimiento de sus funciones están las asociaciones gremiales y el movimiento sindical, desplegado en un amplio espectro de organizaciones independientes y otras afiliadas a las tres principales centrales sindicales del país.
La más antigua y numerosa es la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), con cuyo secretario general dialogó Prensa Latina para conocer sus impresiones sobre aspectos relacionados con la gestión de la epidemia, su impacto y las perspectivas una vez pase la tormenta.
Maurizio Landini fue elegido para ocupar la máxima dirección de la CGIL en enero de 2019, tras dedicar más de la mitad de sus 59 años a la lucha sindical y desempeñar diferentes responsabilidades, entre ellas la secretaría general de la Federación de Empleados y Obreros Metalúrgicos entre 2010 y 2017.
En su opinión, la epidemia puso en evidencia las desigualdades preexistentes, en modo particular la precariedad laboral y las fracturas sociales, junto con 'las lógicas equivocadas de mercado que han gobernado las sociedades occidentales en los últimos 20 o 30 años'.
Al reflexionar sobre el papel desempeñado por el movimiento sindical frente a la crisis sanitaria, destacó la decisión de reafirmar la centralidad de la salud y seguridad de los trabajadores antes que las ganancias, lo cual produjo las primeras manifestaciones en el mes de marzo.
Porque, apuntó, afirmar que la salud y seguridad de los trabajadores era primero que las ganancias, significaba llegar al punto de adoptar disposiciones que bloqueaban las actividades productivas, incluso las no esenciales, enfoque con el cual el movimiento sindical italiano logró 'dos resultados importantes'.
En ese sentido, precisó que fue el único en Europa que presionó para que el gobierno bloqueara los despidos, lo cual ocurrió, y por otra, logró un acuerdo nacional sobre la salud y seguridad en el puesto de trabajo, objetivos en los cuales 'el movimiento sindical unido llegó a desempeñar un papel muy importante'.
En cuanto a la falta de preparación de Italia y el resto de Europa para enfrentar la Covid-19, señaló que 'en el plano cultural se afirmó una cosa que no creo tenga que ver sólo con la emergencia' porque 'esa falta de preparación estuvo ligada a los recortes en los servicios públicos de salud y el sistema social de nuestro país'.
No por casualidad pensamos que hoy es preciso invertir fuertemente en la salud pública, en el sistema sanitario territorial y también en el sistema social, sobre la capacitación, la educación, la universidad, acotó.
A esa consideración añadió analizar que los países occidentales, incluida Italia, y las zonas de mayor contaminación debido a sistemas productivos poco atentos a la seguridad ambiental 'han pagado un precio más alto'.
SUPERAR EL NEOLIBERALISMO
Para Landini, la Covid-19 puso en discusión las políticas de austeridad y normas europeas 'que llevaron a muchos países a recortar los gastos sociales', y aseguró se está produciendo 'un cambio político' en el cual será importante el papel del movimiento sindical y los trabajadores, no sólo en Italia, sino también en Europa.
En la historia del mundo, afirmó, Europa desempeñó un papel importante porque fue la cuna del estado social, de una mediación posible entre el mercado y el trabajo que produjo derechos fundamentales, como la salud y educación públicas, el sistema público de pensiones, lo cual en estos años hizo crisis y se sometió a debate.
Desde esa perspectiva, el líder sindical consideró que 'estamos frente a una ruptura' y fue categórico al manifestar que 'la pandemia no dejará nada como antes y pienso, al menos esa es nuestra idea, que debemos combatir para cambiar lo que existía antes de la pandemia y el objetivo debe ser invertir para cambiar el sistema social y el modelo de producción'.
Por tanto, puntualizó, el problema no es sólo cómo salir de la emergencia, sino cómo se construye un nuevo modelo social y advirtió que junto con la crisis sanitaria están también la climática y ambiental, con una probable relación 'entre esta pandemia o el peligro de otras y la destrucción del medio ambiente por parte del hombre'.
El otro problema que debemos enfrentar es una revolución digital fortísima, con una aceleración sin precedentes en el uso de las tecnologías, lo cual, en su opinión, 'lleva a otro tema muy importante y es que la tecnología no es neutra, el problema es cuál es la plataforma, quién la gobierna, quién la gestiona'.
¿CÓMO SERÁ EL 2021?
Con la misma serenidad con la cual analiza lo ocurrido hasta ahora en Italia castigada aún por la mayor crisis sanitaria, económica y social de su historia republicana, el secretario general de la CGIL se proyecta hacia el futuro con una visión poliédrica sobre metas para 2021.
En ese sentido, subrayó que el bloqueo de despidos es ley y estará en vigor hasta el 31 de marzo de 2021, se renovaron también los instrumentos de caja de integración, contratos de solidaridad, esos que nosotros llamamos 'amortizadores sociales', los cuales sirven para asegurar que nadie pierda el empleo y el ingreso.
Es el momento, dijo, de reiniciar las inversiones, crear empleos, infraestructuras, puentes, ferrovías, pero también infraestructuras sociales, hospitales, salud en el nivel territorial, extender las tecnologías digitales a todo el país, invertir en el territorio para la protección del ambiente y las energías renovables, y salir del carbono.
Por lo tanto es el momento de las inversiones públicas para crear empleos y cambiar el sistema productivo. En mi opinión este es el tema, esto significa que 2021 debe ser un año de recuperación de las inversiones y por otra parte, exista un nuevo sistema de 'amortizadores sociales' en el cual se introduzca una vía de formación, apuntó.
Todas las personas, tanto los jóvenes que estudian como otros como nosotros que trabajamos desde hace muchos años, enfrentamos hoy el problema de ser adiestrados y recalificados a la luz de los cambios y eso debe convertirse en un derecho normal para que todos tengan la posibilidad de actualización durante toda su vida.
Tras expresar que 'eso debe ocurrir en una discusión con toda Europa', Landini mencionó peculiaridades de Italia como la necesidad de una reforma fiscal, 'porque en nuestro país hay una gran evasión' y, sobre todo, consideró importante restablecer el principio de que cada uno pague según lo que reciba y posea.
Por otra parte, se refirió a las posibilidades con que cuenta Italia por su ubicación central en el mar Mediterráneo, a partir de la cual puede ser tanto una cuna logística para el traslado de mercancías y productos para toda el área, como una cultural, histórica y turística.
Desde ese punto de vista invertir significa también crear condiciones en el país para que las personas se puedan mover, tener un nuevo sistema de movilidad, para incluso dar a conocer esas áreas internas con las características de nuestro país, aseveró.
arb/fgg
*Corresponsal de Prensa Latina en Italia
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