Cuba, en el camino de la Covid-19 y el ordenamiento económico
Cuba, en el camino de la Covid-19 y el ordenamiento económico
Cuba, en el camino de la Covid-19 y el ordenamiento económico

Por Martha Cabrales Arias
Santiago de Cuba, 15 ene (Prensa Latina) Si bien el 2020 se despidió como un año terrible, los primeros días de estos nuevos 365 apuntan a otra prueba de fuego que junta al comienzo de la Tarea Ordenamiento un fuerte rebrote de la Covid-19.
De tal suerte, en las emisiones de la Mesa Redonda, programa informativo diario de análisis y opinión de la Televisión Cubana, ministros y dirigentes del más alto rango esclarecen dudas y preocupaciones de los televidentes en relación con la marcha de esos cambios en la economía.
A la par, se reanudaron en las mañanas las comparecencias del doctor Francisco Durán, director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, para actualizar acerca del comportamiento de la pandemia en la nación y el mundo.
Ante las transformaciones derivadas de la unificación monetaria y cambiaria, la eliminación de subsidios a productos, la subida de los precios que tuvo a los de la electricidad como el más controversial, entre otros impactos, la familia cubana se reinventa para asumirlos de la mejor manera.
Influye en esa determinación el convencimiento de que ese parteaguas en la economía era impostergable para acabar de desatar las fuerzas productivas y la eficiencia empresarial, con la premisa de conferirle al trabajo todo su valor como legítimo medio de ganarse la vida.
En ese entramado complejo y diverso se otorga el protagonismo necesario al llamado trabajo por cuenta propia, una fórmula que ha ido ganando espacios en el país desde que irrumpió en la dinámica económica durante la crisis de los años 90, denominada como del período especial.
El enfrentamiento a los contagios con el SARS-CoV2 ha puesto sobre el tapete la voluntad de la Revolución Cubana de no dejar a nadie a su suerte y de proteger a los más vulnerables en medio de severas carencias materiales, una esencia que alienta igualmente a la Tarea Ordenamiento.
Desde marzo de 2020, con los primeros infectados por el patógeno, el sistema sanitario nacional operó de la forma inclusiva y gratuita que lo define y logró contener en los límites razonables las cifras de casos positivos y los decesos por esa causa.
Ante el violento repunte de la enfermedad que sacude al archipiélago de un extremo al otro y lo abarca en casi la totalidad de sus provincias y municipios, se decidió una disminución de los vuelos internacionales diarios, principalmente de aquellas naciones con mayores tasas de incidencia.
Es de esperar que esa decisión contribuya, junto al adecuado comportamiento de la población y el respeto de los protocolos establecidos por los viajeros, a una reducción de los casos confirmados en cada jornada.
Igualmente, debe incidir favorablemente la exigencia a toda persona que arribe al territorio nacional, desde el 10 último, de un resultado negativo de la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), respaldado por un laboratorio certificado en el país de origen.
Las cifras diarias de esos exámenes para el diagnóstico, que rondan las 15 mil, son posibles gracias a los 18 laboratorios de biología molecular que funcionan a lo largo y ancho de la geografía cubana, algunos de los cuales correspondieron a recientes inversiones hechas por el gobierno.
Ejemplo de esa voluntad es el anuncio de la construcción de una nueva unidad de ese tipo en esta urbe, donde la que funciona actualmente fue de las tres primeras en iniciar esos análisis en el país y se ha mantenido con faenas muy por encima de su capacidad.
Los precios de los medicamentos, un sensible asunto para las familias, se han mantenido invariables para aquellos que se adquieren de forma controlada para el tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, que prevalecen entre una población envejecida.
De momento, la metformina y el enalapril, para tratar a cada una de esas dolencias, respectivamente, se adquieren por menos de cuatro pesos en la red de farmacias, a pesar de ser importados en algunos casos y de su escasez circunstancial.
Transcurre el primer mes del nuevo año y entre los necesarios ajustes en su economía y el aguijón de un virus implacable, Cuba sigue apostando por el bienestar para todos y la entrega que toca a cada uno.
msm/mca
Temas Relacionados:
Cuba, en el camino de la Covid-19 y el ordenamiento económico
FotosPL: Vladimir Molina
Por Martha Cabrales Arias
Santiago de Cuba, 15 ene (Prensa Latina) Si bien el 2020 se despidió como un año terrible, los primeros días de estos nuevos 365 apuntan a otra prueba de fuego que junta al comienzo de la Tarea Ordenamiento un fuerte rebrote de la Covid-19.
Basta asomarse a los informativos televisivos y radiales y a los periódicos cubanos para apreciar esa realidad, que vuelve a poner en el filo de la navaja la capacidad del Estado y de la población para remontar circunstancias difíciles, agravadas por una espiral en el bloqueo de Estados Unidos.
De tal suerte, en las emisiones de la Mesa Redonda, programa informativo diario de análisis y opinión de la Televisión Cubana, ministros y dirigentes del más alto rango esclarecen dudas y preocupaciones de los televidentes en relación con la marcha de esos cambios en la economía.
A la par, se reanudaron en las mañanas las comparecencias del doctor Francisco Durán, director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, para actualizar acerca del comportamiento de la pandemia en la nación y el mundo.
Ante las transformaciones derivadas de la unificación monetaria y cambiaria, la eliminación de subsidios a productos, la subida de los precios que tuvo a los de la electricidad como el más controversial, entre otros impactos, la familia cubana se reinventa para asumirlos de la mejor manera.
Influye en esa determinación el convencimiento de que ese parteaguas en la economía era impostergable para acabar de desatar las fuerzas productivas y la eficiencia empresarial, con la premisa de conferirle al trabajo todo su valor como legítimo medio de ganarse la vida.
En ese entramado complejo y diverso se otorga el protagonismo necesario al llamado trabajo por cuenta propia, una fórmula que ha ido ganando espacios en el país desde que irrumpió en la dinámica económica durante la crisis de los años 90, denominada como del período especial.
El enfrentamiento a los contagios con el SARS-CoV2 ha puesto sobre el tapete la voluntad de la Revolución Cubana de no dejar a nadie a su suerte y de proteger a los más vulnerables en medio de severas carencias materiales, una esencia que alienta igualmente a la Tarea Ordenamiento.
Desde marzo de 2020, con los primeros infectados por el patógeno, el sistema sanitario nacional operó de la forma inclusiva y gratuita que lo define y logró contener en los límites razonables las cifras de casos positivos y los decesos por esa causa.
Ante el violento repunte de la enfermedad que sacude al archipiélago de un extremo al otro y lo abarca en casi la totalidad de sus provincias y municipios, se decidió una disminución de los vuelos internacionales diarios, principalmente de aquellas naciones con mayores tasas de incidencia.
Es de esperar que esa decisión contribuya, junto al adecuado comportamiento de la población y el respeto de los protocolos establecidos por los viajeros, a una reducción de los casos confirmados en cada jornada.
Igualmente, debe incidir favorablemente la exigencia a toda persona que arribe al territorio nacional, desde el 10 último, de un resultado negativo de la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), respaldado por un laboratorio certificado en el país de origen.
Las cifras diarias de esos exámenes para el diagnóstico, que rondan las 15 mil, son posibles gracias a los 18 laboratorios de biología molecular que funcionan a lo largo y ancho de la geografía cubana, algunos de los cuales correspondieron a recientes inversiones hechas por el gobierno.
Ejemplo de esa voluntad es el anuncio de la construcción de una nueva unidad de ese tipo en esta urbe, donde la que funciona actualmente fue de las tres primeras en iniciar esos análisis en el país y se ha mantenido con faenas muy por encima de su capacidad.
Los precios de los medicamentos, un sensible asunto para las familias, se han mantenido invariables para aquellos que se adquieren de forma controlada para el tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, que prevalecen entre una población envejecida.
De momento, la metformina y el enalapril, para tratar a cada una de esas dolencias, respectivamente, se adquieren por menos de cuatro pesos en la red de farmacias, a pesar de ser importados en algunos casos y de su escasez circunstancial.
Transcurre el primer mes del nuevo año y entre los necesarios ajustes en su economía y el aguijón de un virus implacable, Cuba sigue apostando por el bienestar para todos y la entrega que toca a cada uno.
msm/mca
Minuto a minuto | Más leídas |
Escáner |
Mil Palabras |
Televisión |
|
Destacadas |




