Cada año existen tres semanas críticas entre el cierre de la campaña del dulce y la llegada del invierno, aunque el periodo puede alargarse un poco más, explicó la directora ejecutiva de la Asociación de Cogeneradores Independientes, Jacqueline Hazbun.
En este territorio tenemos ese salvavidas y casi no sentimos los efectos de la época seca (de noviembre a abril) por ese combustible renovable que es altamente eficiente durante los meses secos, detalló la funcionaria.
Ahora bien, añadió, con un fenómeno climático El Niño como el actual, cuando finalice la generación a partir de la biomasa y mientras llega el invierno puede darse una crisis en la parte de suministro porque todavía no se tiene el componente hídrico para generar con él.
Entonces la salida de las fábricas de azúcar empieza a sentirse notoriamente, agregó Hazbun, quien aclaró que por regulación, estas deben mantenerse disponibles y eso puede implicar que hagan requerimientos de producción de energía con carbón.
Sin embargo, advirtió, para efectos de los ingenios generar con otros combustibles que no sean la biomasa no es lo deseable, pues el proceso genera pérdidas sustanciales, subrayó en declaraciones al diario local Prensa Libre.
El sector azucarero se declaró días atrás en alerta por el impacto de la sequía, pero en el caso de la producción de energía se comprobó que tal situación conllevó a un bagazo con menor humedad, lo que favorece la combustión, comentó Hazbun.
Esta energía con biomasa significó en 2023 el 13 por ciento del total y en época de zafra el 30, destinada a abastecer el proceso fabril y el excedente se vende al sistema nacional interconectado.
La capacidad de generación instalada de los centrales azucareros chapines representa 568 megavatios de potencia, alrededor de dos mil gigavatios hora en el año.
El Ministerio de Energía y Minas de Guatemala declaró en emergencia al sistema eléctrico por el fenómeno climático El Niño desde mediados del pasado marzo y hasta el 31 de mayo.
El acuerdo 75-2024, oficializado en el oficial Diario de Centroamérica, respondió a la falta de lluvias y al aumento de la demanda, por lo cual la autoridad faculta “al Administrador del Mercado Mayorista para tomar las medidas necesarias y excepcionales”.
Precisamente a causa de la sequía la agroindustria azucarera nacional advirtió el mes pasado una caída del cuatro por ciento de la producción estimada en 2,7 millones de toneladas.
El 40 por ciento del edulcorante elaborado se destina a abastecer el mercado local, mientras el 60 se exporta a más de 50 naciones.
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