Anoche radicales judíos mataron a dos jóvenes con armas de fuego durante un asalto a la aldea Khirbet al-Tawil, en la norteña gobernación de Nablus.
También atacaron varias localidades en la sureña gobernación de Hebrón, donde incendiaron numerosos vehículos e hirieron a dos palestinos cerca de la ciudad de Belén.
En medio de esta campaña de ataques, el gubernamental movimiento Fatah denunció “el terrorismo sistemático de bandas de colonos, que se lleva a cabo en abierta complicidad con el Ejército de ocupación”.
Criticó al ministro de Seguridad Nacional de ese país, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, por armar a esos grupos extremistas.
Ante tal situación, advirtió que el pueblo palestino “tiene derecho a defender su vida, su tierra y su existencia”.
Las incursiones violentas crecieron en intensidad el fin de semana tras encontrarse el cadáver de un joven judío de 14 años desaparecido 24 horas antes, tras lo cual las autoridades israelíes culparon a los palestinos.
Hace tres días, el fotógrafo israelí Shaul Golan denunció que fue golpeado y desnudado por un grupo de extremistas mientras tomaba fotografías de sus actos vandálicos.
“Estaba caminando por el pueblo tomando fotografías cuando vi a un grupo de judíos enmascarados emerger de un olivar cercano, caminando como si fueran dueños del pueblo. Filmé mientras incendiaban casas”, relató al portal noticioso Ynet.
Cuando me descubrieron, me golpearon sin piedad, me rompieron el dedo y me quitaron el bolso para quemar todo el equipo de fotografía que había dentro, destacó.
“Comencé a decirles: ‘No soy árabe, soy judío’. Corrieron hacia mí y me agarraron gritando: ‘Eres judío, ¿cómo no te avergüenzas de ti mismo?’”, precisó Golan, quien reveló que algunos vestían uniformes del Ejército.
Al respecto, la organización no gubernamental israelí B’Tselem acusó a las Fuerzas Armadas de participar en el pogromo.
“Decenas de miles de palestinos fueron abandonados en las últimas horas a la violencia salvaje de las milicias de colonos armados (…) mientras las aldeas están en llamas y el número de muertos y heridos aumenta, el ejército israelí permite o participa en los disturbios”, criticó.
Se calcula que más de 750 mil colonos viven en la ocupada Cisjordania, incluida Jerusalén Este, pese a los reclamos de la comunidad internacional, que considera esas tierras partes del futuro Estado palestino.
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