Mantener constancia en la actividad física ayuda también a dormir la cantidad recomendada de entre seis y nueve horas diarias, apuntó la indagación.
Este “podría ser un factor importante para optimizar la duración del sueño y reducir los síntomas del insomnio», concluyó el equipo de investigación dirigido por las psicólogas irlandesas Erla Bjornsdottir y Elin Helga Thorarinsdottir.
En la pesquisa, desarrollada durante una década, los expertos siguieron los hábitos de ejercicio y la calidad del sueño de unos cuatro mil 400 adultos de mediana edad de 21 hospitales de nueve países europeos.
Hallaron que quienes se ejercitaban al menos un par de veces semanales, unos 30 minutos cada vez, tenían un 42 por ciento menos de probabilidades de tener dificultades para conciliar el sueño.
Además, un 22 por ciento menos de probabilidades de sufrir algún síntoma del insomnio y un 40 por ciento de padecer más de una sintomatología, como tardar mucho tiempo en dormirse, despertarse por la noche y sentirse excesivamente somnoliento.
Los expertos comunicaron que dichos resultados concuerdan con otros estudios que han vinculado el ejercicio regular con un sueño profundo.
Añadieron que las personas que hacen ejercicio no solo hacen que sus cuerpos se cansen lo suficiente como para dormir bien, sino que también son más propensas a seguir un estilo de vida saludable.
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