viernes 19 de abril de 2024
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Peregrinación a Monserrate en Colombia, símbolo de fe y tradición

Bogotá, 30 mar (Prensa Latina) Aún cuando lo haya hecho incontables veces, y a pesar de que se pronostique lluvia, para el bogotano es casi obligado peregrinar al Santuario de Monserrate durante la celebración de Semana Santa.

Ascender hasta la cima del cerro, a unos tres mil 150 metros sobre el nivel del mar, constituye una de las tradiciones más arraigadas en la capital de Colombia y una de las actividades más desafiantes para los visitantes extranjeros desacostumbrados a esa altura.

Se calcula que más de 200 mil personas acuden al templo que, en estas fechas, tiene horarios especiales de eucarística y cuya mística envuelve a todo aquel que accede a sus predios.

Alrededor del año 1640 comenzó en el cerro la construcción de una capilla en honor a la Virgen María de Monserrat, años más tarde se anexó un monasterio, y algún tiempo después el sitio dio cobijo al Señor Caído de Monserrate, devenido a la postre en el patrono de los bogotanos.

En torno su figura se tejieron múltiples historias con el paso de los años, y se le atribuye la ocurrencia de un sinnúmero de milagros.

Miles de mitos rodean a la figura objeto de veneración y ha llegado a especularse que le crece el cabello, que cuando bajan la estatua pesa más que cuando la suben y incluso que si una pareja de novios visita el Santuario nunca llegarán juntos al altar.

La más curiosa, quizás, es aquellas que asegura que entre Bogotá y Monserrate existe un punto en el que sale el sol y marca el camino para llegar al mítico El Dorado, donde el oro y las piedras preciosas esperan a ser encontradas por un temerario aventurero.

Para llegar a la cima del cerro hay tres maneras, aunque debe alertarse que casi para intrépidos todas ellas.

Los amantes del ejercicio elegirán sin duda subir los mil 605 escalones, que hacen un total de dos mil 350 metros.

Debido a las características del sendero, este recorrido está vetado para menores de edad con estatura inferior a un metro, para personas mayores de 75 años y para embarazadas.

También se puede optar por el funicular que por cada viaje transporta a cerca de 80 personas y que data de 1929. Hace alrededor de 190 viajes al día y como su trayecto es pegado a la montaña, es por tanto empinadísimo.

Por uno de sus tramos se transita al interior de un túnel cavado en la elevación misma y otro trascurre ya a la intemperie.

Está además el teleférico, cuya inauguración data de 1955 y que, en cuatro minutos, recorre los 820 metros que hay desde la estación ubicada en la autopista Circunvalar hasta el cerro.

El poder espiritual sobre los bogotanos de la Iglesia de Monserrate, que desde el 25 de mayo de 1956 ostenta la dignidad de basílica menor, es imposible de enmarcar en unidades de tiempo o medida.

Su influjo atrae incluso a quienes se consideran a sí mismos como los más escépticos.

rgh/ifs

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