Acerca de la primera tradición, la literatura histórica precisó que pobladores chapines la adoptaron desde hace cientos de años, justo al comienzo de mayo con el inicio de la época lluviosa, al confiar en que protegería sus casas y demás o minimizaría los daños.
A Amatitlán lo marca su bicentenaria feria de la Cruz y también el Niño de esa demarcación o Niño de Praga, explicó el historiador Celso Lara, del Centro de Estudios Folclóricos de este territorio centroamericano.
Con más de 200 años de existencia, el acontecimiento deviene espacio para la quema de cohetillos, ofrendas, actividades socio-deportivas y comidas típicas como dulces de azúcar, pepescas (especie de pescaditos blancos propios de la región) y mojarras del lago, señaló. Aparte de la procesión por las calles principales, sobresalen las alfombras de flores en el agua, por donde pasan las lanchas engalanadas que llevan al Niño, contaron pobladores.
Tras hora y media de navegar, agregaron, la imagen llega al “Sitio de los Órganos”, una formación rocosa en donde la colocan a manera de trono hasta las seis de la tarde, en que regresa a la iglesia parroquial, agregaron.
“Probablemente la veneración del Niño de Amatitlán sustituyó al culto prehispánico dedicado al espíritu tutelar o nahual del lago”, subrayó el investigador Manuel Guerra.
Algunos especialistas identificaron a esta deidad como un menor que vivía en las aguas del lago, a quien los antiguos lugareños agradaban ofreciéndole regalos, entre ellos artículos en cerámica o tallados en piedra.
A esta conclusión arribaron luego que arqueólogos acuáticos rescataran del fondo de las aguas una gran cantidad de figurillas, presumiblemente elaboradas por indígenas de la etnia Pocoman, de origen maya.
Festejan asimismo el 3 de mayo en Guatemala los municipios llamados Santa Cruz, en Alta Verapaz; Baja Verapaz; Santa Rosa; Quiché; Chimaltenango; así como Comitancillo, San Marcos.
De igual modo Salamá, Baja Verapaz; Salcajá, Quetzaltenango; y Santa Cruz del Milagro, La Parroquia, zona 6 de esta urbe.
En ellos comidas como caldo de gallina criolla y jocotes en miel se sirven durante los almuerzos, mientras se acostumbra a dejar fruta y aguardiente como ofrenda junto al símbolo cristiano.
La Iglesia Católica celebra esta fecha, igualmente conocida como Día del Albañil, en conmemoración del hallazgo en Jerusalén de la cruz en la que murió Cristo, cuya búsqueda dirigió la emperatriz Elena, madre del emperador Constantino.
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