En entrevista con periodistas españoles, divulgada este martes, el mandatario explicó que debido a las crisis migratorias ocurridas en la nación caribeña, estimuladas por las medidas de presión de Estados Unidos, ambas naciones firmaron en los años 80 acuerdos en este ámbito que siguen vigente.
Añadió que sobre la base de esos convenios, “es que nosotros hemos recibido en todos estos años vuelos de personas que el gobierno de Estados Unidos deporta, bajo las condiciones con que Cuba firmó esos acuerdos. O sea, eso no es nuevo. Eso que está apareciendo nuevo para otros países, nosotros lo tenemos en acuerdo con los Estados Unidos”.
Sobre las medidas migratorias implementadas por la administración del presidente Donald Trump, Díaz-Canel recalcó que su país no admite presiones en las deportaciones y se trabaja en conceptos fieles a los acuerdos bilaterales, los cuales tienen que ver con las realidades del problema migratorio entre Cuba y Estados Unidos.
Pero, nosotros, subrayó, “por lo que abogamos y por lo que fuimos a la firma de esos acuerdos migratorios con Estados Unidos, era para que la emigración de cubanos a los Estados Unidos fuera una emigración ordenada, fuera una emigración segura, fuera una emigración por vía legal”.
El presidente se refirió a las reformas del país caribeño en materia migratoria y enfatizó en que los cubanos salen legalmente del país y se convierten en ilegales por las políticas de Estados Unidos con relación a la migración.
Consideró que no es responsable, ni justo, que un país que alentó la emigración y vendió el sueño americano a los cubanos y personas de todo el mundo, ahora hable de deportaciones masivas e injustas.
“Nosotros hemos prohibido que la gente en Cuba se baje esposada; un deportado a Cuba no se puede bajar esposado; no admitimos que al suelo cubano llegue nadie en esa situación. Hay que tener una dignidad cuando se logra un acuerdo migratorio. Es una cosa muy sensible para las personas que están involucradas en esa situación”, afirmó.
Con relación a los migrantes de otros países, cuestionó que Estados Unidos con sus políticas restrictivas alentó las migraciones de los países en desarrollo, más pobres y con problemas económicos más duros.
“Si hubiera una intención de cambiar la política migratoria hacia Cuba, hay que sentarse en la mesa a discutir nuevamente. Y nosotros tenemos conceptos de dignidad, de humanismo, con relación a cómo debe ser la emigración”, concluyó.
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