El centro, perteneciente al grupo Monash, emitió una disculpa general a las familias afectadas y solicitó privacidad para ellas.
Sin brindar muchos detalles, la compañía asegura que se trató de un error humano y desde su descubrimiento ha realizado auditorías adicionales por lo cual garantiza que fue un incidente aislado.
De acuerdo con un comunicado del director ejecutivo de Monash, Michael Knaap, se encargó una investigación independiente en aras de demostrar claridad y respeto.
Por su parte, la Sociedad de Fertilidad de Australia y Nueva Zelanda defendió la necesidad de priorizar los más altos estándares de transparencia, proteger la privacidad del paciente, realizar una investigación rigurosa y exponer un compromiso sectorial con el aprendizaje y la mejora.
La confianza que los pacientes depositan en nuestra profesión es sagrada, subrayó el organismo sanitario.
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