Las últimas expulsiones de esta formación geológica en la norteña provincia de Alajuela ascienden tanto que pueden observarse desde diferentes puntos del Valle Central, que abarca unos tres mil 250 kilómetros cuadrados, añadió el Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovsicori), según el periódico La Teja.
Los fenómeno eruptivos del macizo volcánico son grabados por las cámaras web de esa institución de estudios adjunta a la Universidad de Costa Rica, incluidas las gruesas columnas de gases y ceniza.
La más reciente actividad volcánica en el volcán Poás –puntualiza el Ovsicori- fue «una fuerte erupción explosiva, sin precursor inmediato, cuya columna fue densa por la ceniza y los gases y superó los tres mil metros sobre el cráter, en tanto la pluma se dispersó hacia el suroeste».
Los videos y fotos del ente de investigaciones vulcanológicas coincidieron en mostrar la fuerza de las expulsiones junto a otros publicados por las redes sociales Facebook y X.
El coloso de Alajuela –agrega el Ovsicori- viene aumentando su actividad desde noviembre del año anterior, pero su intensidad se elevó mucho más durante este abril, con lanzamientos de rocas incandescentes hacia los alrededores del cráter.
Los efectos de las emanaciones del volcán durante las últimas semanas, sobre todo las rocas incandescentes y sustancias químicas como el azufre, afectaron vastas extensiones y envenenaron los ríos de territorios aledaños al Parque Nacional, que concentra la actividad turística de este accidente geológico, además de las pérdidas económicas de sus comercios y otros negocios.
Las autoridades mantienen vigente la alerta naranja (penúltima en índice de peligro) para las cercanías del Poás y el distrito de Toro Amarillo, en Sarchí, mientras la verde aplica para siete cantones: Alajuela, Poás, Grecia, Naranjo, Río Cuarto y Zarcero y Sarchí, salvo el distrito de Toro Amarillo.
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