Así reaccionó el portavoz de la Cancillería Guo Jiakun luego de las últimas declaraciones del presidente Donald Trump sobre una posible reducción en las tarifas impuestas a todos los productos provenientes del gigante asiático.
El vocero afirmó que «la guerra de aranceles y la guerra comercial no tienen ganadores, el proteccionismo no tiene futuro, y el desacoplamiento solo aislará a quien lo promueva».
Según Guo, la posición de China es clara: «No queremos pelear, pero tampoco le tememos. Si nos enfrentan, responderemos; si quieren negociar, nuestras puertas están abiertas».
El portavoz destacó que si Estados Unidos desea resolver los problemas mediante el diálogo, debe cesar las amenazas y extorsiones y basar las conversaciones en principios de igualdad, respeto y beneficio mutuo. «Decir que se quiere llegar a un acuerdo mientras se ejerce una presión extrema no es la forma correcta de tratar con China, y tampoco funcionará», enfatizó.
El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, declaró recientemente que el objetivo de Washington no es el desacoplamiento económico con China, sino alcanzar un acuerdo amplio en un plazo de dos a tres años.
Sin embargo, Guo Jiakun insistió en que cualquier intento de imponer condiciones unilaterales será rechazado por China.
Economistas y empresarios consideran que las políticas arancelarias de Estados Unidos contra Beijing conllevan un riesgo de desacoplamiento entre ambas economías, lo que se traduciría en graves daños al sistema de comercio global.
Este es el panorama: los productos chinos importados al país norteamericano están sujetos hasta a un 145 por ciento de aranceles (125 por ciento agregados en los últimos días y 20 por ciento bajo la excusa del fentanilo), mientras que todos los bienes provenientes de Estados Unidos enfrentan un 125 por ciento al llegar aquí.
La Casa Blanca anunció que elevará las tarifas al 245 por ciento en el caso de que una investigación de la Secretaría de Comercio detecte «amenazas para la seguridad nacional» en las importaciones de minerales críticos desde el gigante asiático.
Ya la aduana china notificó que si Washington insiste en el juego arancelario y sube nuevamente estos gravámenes, Beijing no le prestará más atención.
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