Según esa entidad de la Organización de las Naciones Unidas, está por llegar uno de los años más críticos en materia de seguridad alimentaria y la disminución del financiamiento al trabajo humanitario solo le permitirá asistir a 110 millones de quienes se encuentran en una situación más vulnerable, cerca de un tercio del total que necesitará apoyo urgente.

El PMA refirió que requiere 13 mil millones de dólares para socorrer a todos los afectados, pero las proyecciones actuales indican que obtendrá apenas la mitad de esos recursos.

“El mundo está lidiando con hambrunas simultáneas en Gaza y en partes de Sudán. Esto es completamente inaceptable en el siglo XXI”, señaló la directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain.

Asimismo, advirtió que millones de vidas están en riesgo a medida que el problema se agudiza y las soluciones tardan.

Entre los factores que influyen en el empeoramiento de la crisis mencionó los conflictos, los eventos climáticos extremos y la inestabilidad económica.

En el caso de América Latina y el Caribe, el informe indica que los efectos combinados de los huracanes, las sequías prolongadas, las inundaciones extremas y el fenómeno El Niño, sumados a las tensiones económicas, aumentaron la vulnerabilidad y 40,8 millones sufren hambre en la región.

De acuerdo con el PMA, 14,2 millones de ese total deben ser priorizados para recibir asistencia directa.

En ese contexto, dicho organismo anunció que incrementará el uso de la innovación, las nuevas tecnologías y las alianzas con el sector privado.

Para 2026, planea combinar asistencia de emergencia, programas de nutrición, apoyo a medios de vida resilientes y fortalecimiento técnico de sistemas nacionales, con el objetivo de ayudar a quienes enfrentan hambre inmediata y a los que necesitan herramientas para reducir su vulnerabilidad a futuro.

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