El desarrollo por las tropas rusas de una ofensiva relámpago para controlar casi una decena de localidades en la provincia ucraniana de Jarkov y el fin oficial del mandato presidencial de Vladimir Zelensky esta jornada, parecen enrarecer aún más ese foro.
Las potencias occidentales, al parecer buscaron con su anuncio en enero pasado, la convocatoria de una conferencia, donde se pretendía poner en el banquillo de los acusados a Rusia, para lo cual se buscaba un foro con representantes del llamado Sur Global.
Muchos de los integrantes del Movimiento de Países No Alineados, cuyos principios son contrarios a la participación en bloques militares y de apego a la búsqueda de fórmulas de paz, parecieron estar poco dispuestos a participar en una fórmula ambigua como la de Suiza.
De acuerdo con el diario digital Vzgliad, son cada vez más frecuentes los anuncios de países del sur de sus intenciones de ausentarse al llamado foro de paz, como mismo lo han hecho varios de los estados del Grupo Brics (Brasil, Rusia, China, la India y Sudáfrica).
Así, ya ignoraron la convocatoria naciones como Argelia, Venezuela, Ghana, Egipto, Israel, Indonesia, Irán, Camerún, Malasia, Nigeria, Arabia Saudita, Senegal, Siria, Etiopía y varios estados de Centroamérica y América del Sur.
Para el canciller ruso, Serguei Lavrov, el foro de Suiza representa “un camino a ninguna parte”.
La publicación considera que Occidente buscaba en la confederación helvética, además de un fondo propicio para no solo discutir la propuesta de paz de Zelensky, una demostración de un supuesto respaldo de países de África, América Latina y Asia a la guerra económica impuesta a Moscú.
Sin embargo, el gigante euroasiático, en su giro para buscar alternativas comerciales a Europa, Estados Unidos, Canadá o Japón, reforzó sus relaciones económicas, precisamente, con las naciones del sur, lo cual incluye países cruciales como China, la India o Türkiye.
Aunque en el caso de Beijing esta apoya la búsqueda de paz mediante negociaciones en Ucrania, la reciente visita del presidente Vladimir Putin al gigante asiático deja pocas dudas sobre la relación estratégica entre ambos estados que solo tiene el propósito de reforzarse aún más.
Por otro lado, el fracaso de la contraofensiva, iniciada por las fuerzas ucranianas en el verano pasado y, al mismo tiempo, el claro avance de la economía rusa al primer quinteto mundial, deja mal parados a quienes en Occidente buscan mostrar un descalabro ruso.
En ese contexto, la conferencia de paz en Suiza deberá lidiar con el hecho de que en el Sur Global se toma más conciencia de los errores cometidos por Occidente como mencionar una expropiación de las ganancias aportadas por el interés de las cuentas rusas congeladas en sus bancos.
Además de ese negativo precedente, las potencias como Estados Unidos o Reino Unido, lejos de hablar de una gestión diplomática, más bien atizan los llamados de guerra con más ayudas aprobadas para el rearme de Kiev.
Desde que Putin ordenó una operación bélica el pasado 24 de febrero de 2022 para proteger a la región sublevada del Donbás, así como para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, ese país recibió 165 mil millones de dólares en armamentos, una cifra que aumentará próximamente.
Vzgliad considera que Occidente basa sus exigencias de paz en los caprichos de Zelenesky, alejados de la situación real en el terreno, mientras que existe un obstáculo real: Ucrania aprobó una ley que prohíbe cualquier negociación con Rusia.
Al parecer, el esfuerzo pacificador de Suiza se presenta como un bebé casi fallecido al nacer, al menos en los propósitos de fondo de Occidente de crear un amplio frente común para aislar a Rusia. La búsqueda de aliados con ese propósito se presenta tediosa.
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