En declaraciones a la cadena Franceinfo, el alto funcionario consideró que se trata de una inversión costosa, que a su juicio debería realizarse a nivel de la Unión Europea (UE).
Nosotros estamos en Francia intentando iniciar las cosas, pero el esfuerzo debería ser europeo, insistió a propósito de una cruzada que países del Sur e incluso del propio viejo continente con menos recursos mirarían con recelo, en el mejor de los escenarios.
De acuerdo con Baptiste, traer a suelo galo a un investigador de alto nivel con su pequeño equipo cuesta alrededor de un millón de euros por tres años, el tiempo que tardan en instalarse.
Con la mira en la meta de atraer a investigadores internacionales, París activó el jueves la plataforma “Escoja a Francia para la ciencia”.
Ayer, Macron anunció en su cuenta en X un encuentro el 5 de mayo para abordar este objetivo.
“Aquí en Francia la investigación es una prioridad, la innovación una cultura y la ciencia un horizonte sin límites. Investigadores, investigadoras del mundo entero, escojan a Francia, escojan a Europa, los espero el 5 de mayo”, escribió.
Expertos y la prensa interpretan que las palabras de Macron son en buena medida un guiño a científicos estadounidenses, amenazados por las políticas y las posturas del presidente Donald Trump, quien lidera un gobierno marcado por figuras conservadoras.
Una muestra del panorama creado por Trump es su enfrentamiento en curso con la prestigiosa Universidad de Harvard, a la que congeló miles de millones de dólares de fondos federales como instrumento de presión para que ceda a los reclamos de cambio de la Casa Blanca, disfrazados de llamado a combatir el antisemitismo en el campus.
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