Expuso la ministra que algunos de los logros durante la actual administración tienen que ver con la adjudicación a campesinos de más de 133 mil hectáreas gracias al avance de la Reforma Agraria y la permanencia de 12 mil exguerrilleros en el proceso de reincorporación.
“La llegada del Gobierno del presidente Petro fue un gesto de apoyo popular a construir en Colombia una paz estable y duradera”, afirmó.
Sarabia remarcó asimismo que velar por el cumplimiento del Acuerdo no es un gesto simbólico, sino un deber de Estado respaldado por la ciudadanía.
Reconoció que el panorama para alcanzar la paz enfrenta aún serios retos.
“Aún tenemos deudas pendientes y desafíos. Por ejemplo, la seguridad de los firmantes de paz. La violencia de grupos armados se incrementa en algunas regiones y, lamentablemente, los firmantes han quedado en medio de esta violencia que amenaza con hundir a Colombia en más años de desasosiego”, lamentó.
También pidió a la comunidad internacional mantener su respaldo a los esfuerzos realizados en Colombia para lograr una convivencia armoniosa.
Hizo especial énfasis a la necesidad de apoyo a zonas como Catatumbo, Nariño y el Cañón del Micay, donde la implementación ha mostrado resultados tangibles, pero aún enfrenta amenazas de violencia y desarraigo, según planteó.
“Les habla una generación que heredó de sus padres y abuelos un país en conflicto, pero no quiere entregarle lo mismo a sus hijos. Una generación que aún sueña, que cree que una Colombia en paz es posible”, expresó la ministra.
Manifestó que Colombia no acude a la ONU a pedir indulgencias, sino a refrendar su compromiso.
“Con el respaldo de esta comunidad, convertiremos la paz en un legado, no en una promesa pendiente”, aseveró Sarabia.
En su discurso aprovechó para agradecer el apoyo y acompañamiento de la comunidad internacional, en especial de las Naciones Unidas en Colombia.
Consideró que ese respaldo mantiene vivo el espíritu del Acuerdo, y estimula el diseño de proyectos en los territorios para brindar alivia a las víctimas más vulnerables del conflicto.
“Venimos a decirle al mundo, con convicción, que Colombia seguirá implementando el Acuerdo de Paz de 2016. Nuestro mensaje es claro: Colombia está comprometida con la paz y solicita el apoyo continuo y decidido del Consejo de Seguridad, de la misión de verificación y de la comunidad internacional para construir un futuro en paz”, remarcó.
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