En un comunicado, el organismo denunció la campaña de represión en las cárceles de ese país contra miles de reclusos palestinos, una crisis que se acentuó tras el inicio del actual ciclo de violencia, en octubre de 2023.
Basados en los testimonios de sus equipos jurídicos durante las visitas a las prisiones de Ofer, Megiddo, Gilboa y Negev, el Club alertó que muchos de ellos padecen problemas de salud por la falta de higiene personal y atención sanitaria, una situación que propagó diversas enfermedades, como la sarna.
También criticó el hacinamiento, la ausencia de instalaciones higiénicas y la mala ventilación.
En Ofer, varios menores de edad palestinos revelaron que sufrían erupciones en la piel y picazón sin conocer las causas ni recibir ningún diagnóstico médico, alertó la institución.
Los testimonios también confirmaron un aumento de la frecuencia de los allanamientos nocturnos y matutinos y de la represión ejercida por unidades especializas israelíes, apoyadas por perros policía, subrayó.
Destacó que esas acciones van acompañadas de reiteradas agresiones físicas contra los presos, con el fin de humillarlos e intimidarlos.
Como ejemplo citó los casos de Muhammad Abu al-Rab y Khairy Ali, quienes cumplen cadena perpetua, y fueron sometidos a reiteradas agresiones, palizas y humillaciones.
“Tuve una lesión en el ojo y me implantaron una lente. Durante el allanamiento a mi celda hace unas semanas, fui atacado por un perro de policía con bozal de hierro, lo que me provocó una nueva lesión. A pesar de mis solicitudes de tratamiento, la administración se negó a trasladarme a la clínica”, narró otro palestino.
El Club afirmó que la administración penitenciaria utiliza el dolor y las lesiones de los presos como medio de tortura y abuso, en flagrante violación del derecho internacional humanitario.
lam/rob