Un último parte sobre su salud, divulgado este domingo, indica que Bolsonaro permanece clínicamente estable y muestra una mejora progresiva en las pruebas de laboratorio del hígado.

Sin embargo, no recibe nutrición oral y solo apoyo calórico y de alimentación por vía intravenosa.

«La gastroparesia (vaciamiento retardado del estómago) persiste, no obstante, ha mostrado signos iniciales de movimientos intestinales espontáneos, pero aún no puede comer por vía oral ni a través de una sonda gástrica», indica el reporte de los galenos.

También el exgobernante (2019-2022) recibe fisioterapia motora y medidas para «prevenir la trombosis venosa».

La clínica privada reforzó, además, que el paciente «continúa restringido para recibir visitas y no tiene previsión de ser dado de alta de la UCI».

El político ultraderechista está hospitalizado desde el 11 de abril, cuando enfermó durante el cumplimiento de una agenda política en el estado de Rio Grande do Norte.

Trasladado a Brasilia, fue sometido dos días después a una complicada cirugía, que duró unas 12 horas, y desde entonces permanece en la UCI del DF Star. En esa oportunidad fue sometido a una laparotomía exploratoria, procedimiento indicado para tratar adherencias intestinales que se formaron en la pared abdominal.

Bolsonaro había pasado por cinco operaciones desde que fue apuñalado durante la campaña de electoral de 2018 y las complicaciones actuales se originaron a partir de ese episodio.

La pasada semana presentó un deterioro clínico. Según un informe médico divulgado el jueves, registró un aumento de la presión arterial y empeoramiento en los exámenes de laboratorio.

Además de su situación de salud, el exmandatario fue citado por un agente judicial el 23 de abril sobre la apertura de un proceso en el Supremo Tribunal Federal, relacionado con un intento de golpe de Estado, en el que se convirtió en acusado.

En un comunicado, la corte indicó que el hecho de que el expresidente hubiera realizado una transmisión «en vivo» el día anterior, «demostraba la posibilidad de ser citado y emplazado».

Tras la notificación, el excapitán del Ejército tiene cinco días para presentar una defensa preliminar.

La Fiscalía General denunció en febrero a Bolsonaro y a otras 33 personas por los crímenes de organización criminal armada, abolición violenta del Estado Democrático de Derecho, golpe de Estado, daño calificado al patrimonio de la Unión y deterioro del patrimonio declarado. En total, las penas superan los 30 años de cárcel.

Con la denuncia recibida, los convertidos en acusados pasan a responder penalmente por las acciones en el juzgado superior.

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